Figuras del toreo americanas, en América muchas, que lo hayan sido también máximas en España, muy pocas. Pueden contarse con los dedos de una mano, más uno quizá. Figuras digo, de tauromaquia, de afición, de multitudes, de contratos, de mandato.
(Por: Jorge Arturo Díaz Reyes)
El más reciente caso, sin duda, Andrés Roca Rey. El joven peruano, puntero actual del escalafón, y dueño de las taquillas, que con su personalidad y toreo veraz ha cautivado los públicos hispanos y del mundo, (con petardo y todo, acaba de llenar La México, la plaza más grande del mundo) y gran parte de la jamás unánime crítica. Liderato pretendido por todos, de propiedad tradicional española, que solo han interrumpido en la historia esporádicamente los ultramarinos…
Mariano Ceballos “El Indio”, salido de Acho a finales del Siglo de las Luces, que montaba los toros asombrando la Península hasta que murió en la plaza de Tudela. Tanto impacto tuvo, que fue inmortalizado por Goya en cinco de sus obras, más que cualquier otro torero.
Rodolfo Gaona, el mexicano, que a comienzos del siglo XX se acaballó en dos épocas; la de Bombita y Machaquito y luego la de Joselito y Belmonte. De quien escribiera el historiador español Néstor Luján: “Gaona fue un artista extraordinario… la elegancia más auténtica de la Fiesta, solo comparable, según los aficionados antiguos, a Lagartijo…”