"Así deben de actuar los toreros jóvenes, a vencer o morir, ¡qué más da! Ha matado de una estocada fulminante pero, las intermitencias del toro antes comentadas han impedido que la petición de oreja tomara fuerza. Fonseca ha sido ovacionado y, lo que es mejor, hasta sospecho que la gente se ha quedado con ganas de volverlo a ver".
(Texto: Plan Ventura / Fotos: Andrew Moore)
Madrid, 15 mayo, 2023.- La corrida de El Parralejo se ha remendado con dos toros de José Vázquez, lo que antes eran los Aléas y, ya no queda nada de aquel legendario hierro puesto que, el tal Vázquez, ha traído a Madrid dos burros inválidos que han servido para aburrir al personal y truncar las ilusiones de Fonseca en su alternativa. De los titulares ha destacado el segundo de Perera que, más que un toro era una hermanita de la caridad; son esos toros a modo que les salen a las figuras sin la más mínima emoción si le buscamos la casta, pero de una dulzura de ensueño. El resto, un saldo ganadero que no ha servido para que Téllez revalidara sus éxitos del pasado año.
Miguel Ángel Perera que ya está de vuelta de todo en su primero ha ejercido como enfermero de un animal sin fuerzas ni el menor atisbo de casta para ridiculizarse a sí mismo puesto que, un hombre que ha sido grande en el toreo, en la actualidad, en demasiadas ocasiones se ridiculiza a sí mismo. Un fiasco en toda regla. Ha salido su segundo que, como decía, era el santo varón del festejo en que el diestro ha estado con un buen son con la muleta. Tres series han tenido la enjundia que produce ese toro moderno que embiste como si no hubiera un mañana y sin percatarse que delate tiene un torero. Perera lo ha entendido a la perfección y, de haberlo matado con prontitud igual le habían pedido la oreja. No era para tanto porque, insisto, el toro solo tenía bondad, pero sin el menor atisbo de peligro que pudiera emocionar a los aficionados. Como fuere, el diestro ha salido mejor parado de lo que se esperaba tras la lidia del su primer enemigo.