martes, 20 de octubre de 2020

ROCA REY: NUEVO APODERADO

La motivación de un torero no es el dinero, pero recibir lo justo por jugarse la vida y llevar gente a la plaza como ningún otro requiere una merecida retribución económica y aún más.

(Por: Pablo Gómez Debarbieri)


Hace unas semanas, Andrés Roca Rey disolvió la relación con sus apoderados, José A. Campuzano y Ramón Valencia. Ambos habilidosos taurinos con gran don de gentes. Campuzano lo formó magníficamente, gracias a las soberbias y poco comunes condiciones taurinas de Andrés, bajo un generoso estipendio financiado mensualmente por Guzmán Aguirre, espléndido mecenas del espada peruano. A ello se sumó el aporte de otros altruistas aficionados limeños que vislumbraron su enorme potencial. Valencia, empresario de la Maestranza, consolidó su carrera ascendente. Sin embargo, Andrés no recibía todo lo que merecía siendo el más taquillero del momento. La motivación de un torero no es el dinero, pero recibir lo justo por jugarse la vida y llevar gente a la plaza como ningún otro requiere una merecida retribución económica y aún más.

ACHO 2021

La tauromaquia en Acho, como suele suceder, le resuelve problemas de iliquidez a la SBL.

(Por: Pablo Gómez Debarbieri)


Este año no habrá feria del Señor de los Milagros. La trágica pandemia que ha segado la vida de decenas de miles de compatriotas, cuya segunda ola quizá nos golpee en los próximos meses, lo impide. Pandemia solo comparable con la de la gripe de 1918-1920, penoso evento extraordinario, de los que sucede una vez cada 100 años.
Los antitaurinos, con sus constantes campañas de desinformación, disfrutan de que no haya feria y pretende atribuirlo al albergue, ahora medio desocupado, que hay en Acho, y al írrito acuerdo de concejo de la Municipalidad de Lima del 31 de agosto.
Los pinta de cuerpo entero regodearse de que no haya feria taurina siendo el verdadero motivo algo tan trágico para tantas familias peruanas. Desprecian y atacan violentamente a las personas en nombre de un seudoanimalismo fanático. Lo demuestran cuando incitan a apedrear a los que ingresan a Acho durante la feria, cuando agreden, insultan y escupen.
En el 2013 llegaron incluso a acuchillar a un policía montado que los contenía y protegía al púbico que intentaba llegar a la plaza.