Doctores en psicología y la experiencia de un torero.
En 1999, el Defensor del Menor de Madrid, el prestigioso doctor en psicología Javier Urra, convocó a otro doctor y catedrático, especialista en violencia, Enrique Echeburúa, para liderar un estudio que analizase si, de verdad, la supuesta violencia en los toros podría afectar a un niño que los viera en la plaza o por TV. Ocho psicólogos, liderados por Echeburúa, concluyeron que un niño sano percibe como violencia el bullying o el maltrato familiar...
(Pablo Javier Gómez Debarbieri)
En 1999, el Defensor del Menor de Madrid, el prestigioso doctor en psicología Javier Urra, convocó a otro doctor y catedrático, especialista en violencia, Enrique Echeburúa, para liderar un estudio que analizase si, de verdad, la supuesta violencia en los toros podría afectar a un niño que los viera en la plaza o por TV. Ocho psicólogos, liderados por Echeburúa, concluyeron que un niño sano percibe como violencia el bullying o el maltrato familiar...
(Pablo Javier Gómez Debarbieri)
En 1999, el Defensor del Menor de Madrid, el prestigioso doctor en psicología Javier Urra, convocó a otro doctor y catedrático, especialista en violencia, Enrique Echeburúa, para liderar un estudio que analizase si, de verdad, la supuesta violencia en los toros podría afectar a un niño que los viera en la plaza o por TV.
Ocho psicólogos, liderados por Echeburúa, concluyeron que un niño sano percibe como violencia el bullying o el maltrato familiar pero al ver una corrida de toros entiende que es un espectáculo regido por normas y por lo tanto, no le causa problemas ni la percibe como violenta.
La prestigiosa revista médica británica, The Lancet, publicó y comentó dichos resultados en agosto de 1999.