viernes, 9 de agosto de 2019

ENSOÑACIÓN Y DUENDE EN JUNÍN

A 4,200 metros de altitud y 3 grados bajo cero de temperatura, los toros volvieron a esta hermosa plaza cuna de la libertad americana. Cubas puso el toreo caro, Salcedo la actitud, y ambos traspusieron en volandas en el ocaso de la tarde, el umbral de la plaza Los Lanceros de Junín. 

(Desde Junín, en el centro del Perú, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría) 


Construir e inventarse dos faenas desde los cimientos de la inoperancia sólo es posible por el talento de los elegidos. Y en Junín, en la histórica Meseta del Bombón, Cubas, el menudo torero de las grandes ferias, apostillo con su muleta la relevancia del toreo de arte... 

Su primero agradable a la vista, castaño chorreado pero escaso de guadaña, soso y sin clase en el capote. El torero le puso sentimiento y garbo a las chicuelinas pero el animal todavía no se entera... En los primeros muletazos hay mimo y despaciosidad pero el toro es ingrato, topa, arrolla y no se entrega... 

Cubas le pone pausa, se da tiempo y más al toro, que no da señas de enfrascarse. Cita con verdad, dejándose ver y echa la mano al natural con suavidad imperceptible, tomándola el toro y embarcándose sin violencia en tres muletazos y uno de pecho de verdadera antología... Se suceden molinetes despaciosos y la sinfonía prosigue al natural, pues por el derecho el animal va a su aire. Los siguientes muletazos son de mano muy baja y de trazo increíble, perfectamente acoplados toro y torero.. 

El pinchar le privó del triunfo grande pero el juez premió la obra con una oreja protestada por algunos. El tercero también parecía imposible. De discreta lámina, salió desentendido de todo lo que se movía. Pero algún atisbo debió verle el huancaíno para brindarlo al público, desbrozándose esta vez pero con mano derecha, llevándolo largo, sometidísimo, muy por abajo y hasta el límite de la extensión... El pinchar otra vez arriba no fue óbice para que aflorace el segundo pañuelo. 

Franco Salcedo no desentono y su actitud y sobrado valor le franquearon la simpatía del público. Su primero le arreo a media altura pero su falta de clase le impidió relajarse. El cuarto traía mecha y el torero se dejó estar de salida en el capote, y en la muleta no acertó en las distancias y nos quedamos con la sensación de que este buen toro se le fue... Sin embargo, metió la mano con habilidad y logró una estocada contraria que cambió por dos trofeos. 

Ficha. Jueves día 8 de agosto de 2019. Corrida extraordinaria por el 195 aniversario de la Batalla de Junín. En la plaza de toros Lanceros de Junín, en tarde soleada y con poco más de media entrada, se corrieron cuatro astados de El Rosario, terciados y de poca raza pero que embistieron con nobleza y dieron pelea a más de 4,200 metros de altitud. Resultado Artístico: Juan Carlos Cubas (Lila y Oro) Oreja y oreja. Franco Salcedo (Nazareno y Oro) Oreja y dos orejas. 

Chicuelina de Cubas al primero. La imagen habla por sí sola...

Al inicio el toro protestaba todo...

Pero la magia del temple, el pasmo, la despaciosidad...

Y la pasión de un torero en estado de gracia...

Que firmó una faena pocas veces vista con este proverbial pase de pecho de pitón a rabo...

Pinchandolo arriba...

Pero triunfando de veras... Triunfó el toreo..

Salcedo hizo lo suyo...

Mucha disposición pero discreto rodaje que no le alcanzó para cuajar al buen cuarto...

Acto de premiación...

Y salida a hombros de los espadas en el fulgurante ocaso de la tarde.