martes, 5 de febrero de 2019

APOTEÓSIS EN SÓCOTA

Durante el 3 y 4 de febrero este progresista distrito cutervino vibró con su fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria, con dos corridas de toros en su pintoresco coso enclavado al pie del macizo cerro guardián de la ciudad. La faena más importante la firmó Cristóbal Pardo ante un encastado toro de La Viña, pero el trofeo de la feria se lo llevó El Poeta, que no inspirado pero contundente desorejó a un colaborador viñero en la tarde del cierre. Aquí el reportaje gráfico. 

(Desde Sócota, Cutervo, Cajamarca, Juan Medrano Chavarría)



 La hermosa Villa de Sócota, distrito de la provincia de Cutervo, en la región Cajamarca,  nos da la bienvenida...

 Es la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Candelaria. En su honor se darán dos grandiosas corridas de toros, desfilando en los previos del paseíllo aficionados defensores de la fiesta...

 Socotinos que defienden su derecho a disfrutar de sus costumbres y tradiciones...

 Con los toreros deseándose suerte en el tercio. Cuatro espadas, con un peruano, como manda la ley, anunciado en el cartel de la primera corrida.

 Este torero español llamado David Fernández debutó en tierras peruanas. Su juventud, bisoñez y poco rodaje le impidieron cuajar a un encastado de La Achira el primer día...

 Y estar mejor ante uno de Paiján en la segunda tarde, que sacó complicaciones haciendo pasar la marimorena al entusiasta coleta ibérico.

 Cristóbal Pardo se dejó ver como un torero maduro y enterado ante un bravo toro de La Viña...

 Al que literalmente cuajó en los tres tercios, mostrando poderío, valor sereno y mucha pausa en su toreo...

 Firmando -por mucho y largo- la mejor faena de la feria de Sócota, lastimosamente sin premio por la falta de valoración de la presidencia...

 Dando una vuelta al ruedo, premio mayor de la primera tarde. Al día siguiente también le pudo  a un encastado y complicadísimo ejemplar de La Achira, pinchando y perdiendo algún trofeo.

 El Poeta no lo vio claro el primer día ante uno de La Achira que traía carbón...

 Pero al día siguiente, en que cumplió años, la suerte le sonrió sorteando este bonancible colorado de La Viña, que aunque rajadillo, no metió miedo y el azteca ahora sí se animó enfrascarse...

 Estructurando faena en tablas y aprovechando las estampidas del viñero...

 Para lograr con determinación esta estocada que aunque defectuosa, fulminó al noble colorao...

 Obteniendo el triunfo mayor y la apoteósica salida a hombros de la plaza de Sócota.

 El joven novillero Nicolás Vásquez se presentó en la primera tarde ante este jabonero de Paiján...

 Que traía raza justa y no sobrado de clase, entendiéndolo y logrando buenos momentos sobretodo por el pitón derecho...

 Abrochando su quehacer con dos redondos invertidos. Lástima que lo pinchó.

 El Yeta se presentó en la segunda y última tarde cubriendo el puesto del torero peruano, ante un buen toro de Paiján al que no dio mejor lidia en el capote...

 Aplomándose después, aunque se arrancaba con nervio cuando el bambamarquino se cruzaba al pitón contrario y le pisaba los terrenos. Y aunque enganchado, el torero se puso con valor y logró muletazos...

 Coronando su quehacer con una estocada que más que correcta colocación, tuvo rápidos efectos, paseando una oreja el torero de Bambamarca.

Y en el ocaso de la tarde la instantánea con los triunfadores. El Poeta como mejor matador de toros; don Aníbal Vásquez premio a la mejor ganadería y Ronald Sánchez mejor banderillero.