Indulta a un bravo toro de El Olivar y se lleva el escapulario de la Virgen del Carmen. El Yeta y el colombiano David Martínez también pasearon trofeos y sólo el mal uso del acero les privó de acompañar en volandas al madrileño.
(Desde Hualgayoc, Cajamarca, Juan Medrano Chavarría)
Una verdadera proeza torear y estar bien ante una fiera a más de 3,500 metros de altitud. Por eso es de mucho mérito el esfuerzo de los espadas y sus cuadrillas para justificarse en esta plaza que prácticamente se asienta a las puertas del cielo. El mérito también para los ganaderos, especialmente para el señor Aníbal Vásquez Nacarino, que cría sus toros en el llano y en estas alturas sus pupilos desarrollaron toreabilidad y varios de ellos descollaron por su buena clase; con un gran toro, el N° 72, corrido 5°, bravo en los tres tercios al que Sánchez Vara perdonó la vida tras el pedido del público y la anuencia del presidente de plaza. Aquí el reportaje gráfico y la ficha del último festejo.