Corta dos orejas y sale a hombros en una noble corrida de Victoriano del Río.
Fuente: ABC Toros
Esta Feria, bien programada y cuidada, necesitaba un golpe fuerte, un acontecimiento que ilusione a los aficionados y atraiga al gran público. Roca Rey, al final, logra lo que necesitábamos y corta la orejas. Los toros de Victoriano del Río son nobles pero duran poco.
El estatismo vertical de Castella emociona si los toros embisten con alegría (cosa que no siempre sucede). El primero se viene arriba, repite, incansable; permite que el diestro, muy firme, ligue muchos muletazos, aclamados, pero prolonga demasiado y pincha. Ha sido un gran «Cóndor», como el que «vuela», en la canción peruana: «Tras él, la tierra se abrió de verdor…» (Si le toca al peruano Roca Rey, la metáfora era inevitable). En el burraco cuarto, «Jabaleño» (como el de Pepín Liria, en Pamplona), Roca hace un gran quite a un banderillero. Castella le da sitio, aprovecha las nobles embestidas hasta que el toro también se raja (una historia repetida)...