Huancavelica, en el centro del Perú, celebra en mayo la fiesta de las cruces y el Señor de Oropesa, en sus míticos barrios que resumen historia y leyenda. El domingo iniciaron los festejos en la bulliciosa plaza de toros del barrio San Cristóbal y prosiguen hasta el jueves. Hoy Cristóbal Pardo paseó una oreja de un toro de San Pedro y además se capearon veinticinco ejemplares de la región. Una verdadera maratón taurina en esta ciudad enclavada a casi 3,500 metros sobre el nivel del mar…
(Desde Huancavelica, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)
Desde tempranas horas de la mañana la gente pugna por hacerse un sitio en la plaza. Miles suben la empinada cuesta para entrar en el recinto que al rayar el mediodía es un hervidero de gente. Hay sólo tres toros de casta y dos espadas en el cartel, pero familiares y amigos del mayordomo le han donado casi treinta reses de la región para jugarlos de capa y muleta. Uno a uno son laceados y echados al albero para probar su bravura. Algunos se emplean, acometen con cierta raza y otros apenas pasan. Igual la gente se divierte y echa vivas al donante de turno...