A casi 4,000 metros de altitud y en los mismos páramos donde hace más de medio siglo don Humfredo Macedo fundara esta legendaria ganadería, se dio un gran día campero en homenaje a la Inmaculada Concepción, patrona de Checayani. Hubo misa, procesión cuya anda cargaron los mismos toreros, y una gran corrida de toros en la hermosa plaza tejida en piedra de la ganadería. Cristóbal Pardo fue el triunfador de la tarde donde también alternaron los diestros Emilio Serna y Juan de Castilla. Una multitud se dio cita al recinto, con los cerros atiborrados de gente venida de las estancias vecinas.
(Desde Checayani, Muñani, Azángaro, región Puno, Juan Medrano Chavarría)
Entre llanuras agrestes, pampas de ichu y hermosas Puyas de Raymondi que motean las laderas de los cerros, pervive la casa ganadera de la antigua hacienda de Checayani, fundada por la familia Macedo y traspasada en 2011 a la familia Torres, su actual propietaria.
El fundo, con sus 3,800 hectáreas de tierra firme, yace lozana y pujante. En sus potreros, cerrados y pampas alberga a la ganadería de pura casta más importante del sur del Perú. Allí, la sangre Murube pervive gracias a la afición ganadera de sus nuevos propietarios, que heredaron el espíritu emprendedor y laborioso de don Humfredo Macedo Ruiz, en cuya memoria se realizó esta gran celebración abrochada con la extraordinaria corrida de toros obsequiada a los pueblos de la provincia de Azángaro. Aquí el reportaje gráfico y la ficha del festejo.
Sábado día 8 de diciembre de 2018. Tarde con cielo parcialmente cubierto por nubes. Se lidiaron y estoquearon cuatro reses de Checayani, de buena presentación y mejor juego, destacando el 1°, 2° y 4°. Hicieron el paseíllo el torero de Medellín Juan de Castilla, de celeste y oro, que escuchó palmas en su 1° y paseó una oreja del 4°. Cristóbal Pardo, de obispo y oro, que cortó dos orejas, y Emilio Serna, de nazareno y azabache, que paseó una oreja del corrido 3°.
Azángaro, provincia en cuya jurisdicción se encuentra la antigua hacienda de Checayani, las temperaturas son extremas y es común que el hielo se precipite en forma de granizo.
El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, es fiesta grande en Checayani, la hacienda y ganadería fundada por el extinto don Humfredo Macedo Ruiz...
Hay misa, procesión por las inmediaciones de la casa ganadera, cuya anda cargan con devoción los toreros que alternarán en la corrida de toros...
Y expresiones artísticas donde no sólo se rinde tributo al toro bravo, sino también al caballo, compañero épico del hombre a través de su historia.
Checayani está ligada al pueblo de Muñani, cuya población y de las estancias vecinas se dan cita en multitud para expectar la corrida de toros que abrocha la festividad.
A las tres de la tarde salta el primero, muy en Murube, muy en hechuras de la casa...
Al que recibe con torería el diestro de Medellín Juan de Castilla...
Un toro que si bien no sobrado de casta, se dejó torear, con el torero intentándolo y haciendo el esfuerzo. Lástima que lo pinchó...
El 4°, obsequio de la ganadera, fue un toro muy claro que fue agradecido por ambos pitones, y con el torero que esta vez se puso muy de a verdad, mandando él...
Y paseando una oreja del buen checayani.
El caldense Cristóbal Pardo sorteó el más bravo de la corrida...
Al que Cahuantico administra un gran puyazo y ovacionado por el público...
El toro traía un gran pitón izquierdo...
Que el torero paisa aprovechó en faena corta pero intensa...
A momentos relajado..
Y triunfando por partida doble.
Serna sorteó el menos bonancible, pero fiero en el capote...
Perseverando e intentando meter al toro en la muleta, que por el derecho se quedaba corto y le punteaba, y por el izquierdo se le vencía...
Pasaportándolo...
Y paseando una oreja entre la simpatía del público.
Así transcurrió la tarde donde también alternaron con becerras los novilleros peruanos Julio Alguiar...
Que estuvo largo y fácil...
Y Rivera del Pilar, otra de las promesas de nuestra torería.