El jerezano cargó el anda de San Martín de Porres por las calles de Lima y más tarde bendecido con la puerta grande en el día de su despedida de la afición Limeña. Ferrera descolló ante el buen 5° marrando a espadas una faena de quilates. El Fandi volvió a presentarse en la bicentenaria reviviendo aquel dechado de entusiasmo y facultades cimiento de su toreo. La corrida de tres ganaderías distintas saltó seria, ofensiva por delante y con muchas ventajas para la terna, que no capitalizó en los guarismos la bondad del encierro español.
(Juan Medrano Chavarría)
Para el buen aficionado, rara avis en extinción, ver a Antonio Ferrera, el torero más completo sobre la faz de la tierra, fue un lujo regalo de la empresa entre nombres que no dejan huella ni escriben historia. El gran torero extremeño, autor de un nobel firmado la temporada anterior en la arena de La Maestranza ante un fiero Victorino al que cuajó en los tres tercios, hizo lo único serio de la tarde ante un manso encastado de don Daniel Ruiz de nombre “Artesano” –que el nombre le cabía más al torero que al cornúpeta-, al que toreó de capote con mucha gracia y con la muleta en faena intensa que duró lo justo, para saborear y paladear, en series ceñidas y ajustadas sobre ambas manos, adosadas con redondos lentos y templadísimos antes de tropezar con la espada una faena de triunfo mayor.
Fue la tarde despedida de Padilla y nadie reparó en las formas ni en el fondo de su quehacer, porque hubo de hacer feliz al hombre golpeado por la vida y brutalmente castigado por los toros, que a fuerza de coraje sobrenatural renació para construirse una vida de grandeza. Sus dos toros, el primero pegando cornadas y punteando y el segundo huido, pero ambos con mucha movilidad, le permitieron expresarse en capotazos, molinetes al paso y muletazos muy en el sello del torero pero jaleadísimos por el público. Lima le dio gloria y el jerezano marchó en clamor.
El Fandi sorteó el mejor lote o la boleta más bonancible en cuanto a que sus dos toros no le molestaron permitiéndole estar cómodo y a momentos disfrutarlo. Que el granadino no lo aprovechara es otro tema. No se engarza con su primero y las chicuelinas son pavorosas. En la muleta el animal va soso pero da ventajas para que el torero ponga lo suyo, pero no hay mando y pareciera que el bicho se torea solo. La faena no despega pero se premia con música mientras el torero se lo pasa muy lejos y hasta resulta enganchado. Lo arregla con un molinete de rodillas y tras pinchar se lleva una orejita. Al 6°, otro noblote de poca fuerza, se lo volvió a pasar. Fue desarmado y abrevió ante el tedio in cresciendo y la proximidad de las sombras.
Hubieron otras personas al lado del presidente, pero el remedio agravó la enfermedad y continuó la informalidad en la conducción del espectáculo. Estocadas defectuosas premiadas con orejas y lo peor, tras pinchar. Y la música, cuando es premio, debe dejar de sonar cuando el espada es desarmado. Los toros saltaron bien presentados, serios, hondos y con cuajo los más. Tuvieron nobleza, raza justa con dos que se rajaron mediadas las faenas, sin mostrar bravura en el caballo. Bonita tarde, con sol tibio y más de tres cuartos de entrada. Dos activistas antitaurinos ocultos entre el público saltaron al albero burlando los controles durante la lidia del 1° y 3°. Sujetados fueron expulsados de la plaza.
Ficha. Domingo día 18 de noviembre de 2018. Tercera Corrida de Toros de la Feria del Señor de los Milagros. Reses españolas de las ganaderías Daniel Ruiz 1° 3° y 5°, Sánchez Arjona 2° y 6°, y García Jiménez 4°. Resultado Artístico: Juan José Padilla (Grana y Oro) Estocada contraria y caída, oreja. Estocada delantera y caída, oreja. Antonio Ferrera (Grana y Oro) Estocada delantera, descabello, palmas. Pinchazo, pinchazo hondo, dos descabellos, vuelta al ruedo tras aviso. El Fandi (Grana y Oro) Pinchazo, estocada entera, oreja. Estocada delantera y perpendicular, descabello, palmas.
En
tarde soleada, Ferrera, El Fandi y Padilla vestidos por el mismo sastre, de
cara a los tendidos de la bicentenaria que lucen muy buena entra.
Fue la tarde de Padilla.._
Que banderilleó a sus toros regalando fiesta a la gente de allá arriba._
Con
sus limitaciones propias pero con ese apasionamiento por su profesión que le ha
granjeado el respeto y admiración de los profesionales.._
Cortando una oreja de cada toro.._
Y saliendo por la puerta grande de la bicentenaria_
Al maestro Ferrera no le funcionó el 2°, pero lo lidió magistralmente con el capote y ante la inoperancia del animal tuvo que abreviar_
El 5°, aunque rebrincó en varas, fue un toro que metió con clase el morro.._
Y tras un emotivo tercio de banderillas ejecutado junto a sus compañeros de terna.._
Se puso a torear.._
Con reposo, mando.._
Pausadísimo.._
Entregado, y roto también...!!
Dando una merecidísima vuelta al ruedo disfrutando de la admiración y respeto de los buenos aficionados_
El Fandi más maduro, volvió siempre elocuente con las banderillas.._
Pero a pesar del pastueño lote que sorteó, no pudo cuajar ni triunfar con rotundidad.._
Y sólo paseó una larga oreja de su primero_
Con los activistas antitaurinos que volvieron a romper el cerco_