viernes, 24 de agosto de 2018

Roca Rey ofrece su corazón en Bilbao

Corta dos orejas y sale a hombros en una noble corrida de Victoriano del Río.

Fuente: ABC Toros


Esta Feria, bien programada y cuidada, necesitaba un golpe fuerte, un acontecimiento que ilusione a los aficionados y atraiga al gran público. Roca Rey, al final, logra lo que necesitábamos y corta la orejas. Los toros de Victoriano del Río son nobles pero duran poco.

El estatismo vertical de Castella emociona si los toros embisten con alegría (cosa que no siempre sucede). El primero se viene arriba, repite, incansable; permite que el diestro, muy firme, ligue muchos muletazos, aclamados, pero prolonga demasiado y pincha. Ha sido un gran «Cóndor», como el que «vuela», en la canción peruana: «Tras él, la tierra se abrió de verdor…» (Si le toca al peruano Roca Rey, la metáfora era inevitable). En el burraco cuarto, «Jabaleño» (como el de Pepín Liria, en Pamplona), Roca hace un gran quite a un banderillero. Castella le da sitio, aprovecha las nobles embestidas hasta que el toro también se raja (una historia repetida)...

Garrido obtuvo aquí su mayor éxito, la mañana de los seis novillos. Pone toda la carne en el asador para demostrar que era injusta su ausencia. Se lesiona el segundo, en la portagayola. En el sobrero de Encinagrande, saluda Chacón. Desperdicia algunas embestidas haciendo el poste y, cuando quiere apretar, el toro se raja. Yéndose, mata bajo. El «Manisero» –el quinto– «ya está aquí», justo de fuerzas pero muy noble. Garrido gallea; liga suaves muletazos, culminados con un arrimón. En la canción del manisero, «ya no se le puede pedir más»; aquí, sí: algo más de fuerza, al toro, y de medida, a la faena.

Segunda actuación del fenómeno popular Roca Rey, que sufrió, el martes, el desastre de los toros de Cuvillo. Lancea con sosiego al tercero, pronto y noble, pero que dura poco; el quite variado levanta una ovación, que crece en los muletazos cambiados iniciales. Manda mucho, en los derechazos de mano baja, pero el toro se para, se va a tablas; allí, deja media estocada: petición. El toro ha sido «Entonado» pero también «ronquillo», como la voz de Don Quijote, cuando cantaba. En el sexto, pone a la gente en pie en el quite, con el capote a la espalda, cambiándole el viaje. El toro va largo pero muy suelto; después de dejarlo pasar, haciendo el poste (no es lo adecuado, para corregir el defecto), lo sujeta bien en los naturales clásicos, de mucho poder, llevándolo prendido, que entusiasman. Pincha en hueso, antes de una gran estocada: dos orejas. El toro se llamaba «Despreciado». Tarareo: «Si por pobre me desprecias, te ofrezco mi corazón». Además de su gran capacidad, Roca Rey ha ofrecido su corazón. Y ha ganado.
FICHA

PLAZA DE TOROS DE VISTA ALEGRE. Viernes, 24 de agosto de 2018. Séptima corrida. Tres cuartos de entrada. Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (1º y 4º), nobles, con movilidad pero duran poco; un sobrero de Encinagrande (2º bis), rajado.

SEBASTIÁN CASTELLA, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada defectuosa (saludos). En el cuarto, estocada desprendida (palmas).

JOSÉ GARRIDO, de verde musgo y oro. Estocada caída (palmas). En el quinto, media desprendida. Aviso (saludos).

ROCA REY, de blanco y plata. Media y descabello. Aviso (petición y saludos). En el sexto, pinchazo en hueso y gran estocada (dos orejas). Sale a hombros.

Andrés Roca Rey.