El peruano pasea un trofeo de cada ejemplar de su lote de Jandilla, mientras que Juli y Perera saludan ovaciones tras malograr buenas faenas con la espada.
(Aplausos.es /Fotos: Arjona)
El Juli sorteó por delante un toro deslucido, de embestida descompuesta y que soltó mucho la cara, especialmente por el pitón izquierdo. El madrileño trató de aplicar temple y suavidad para limar los defectos de su oponente en una labor dispuesta y técnica que no rompió en ningún momento. En el cuarto, a la salida del par de banderillas fue volteado sin consecuencias Fernando Pérez, tercero de la cuadrilla de El Juli. A este toro le cuajó el madrileño una faena plena de conocimiento, capacidad y ciencia. Le buscó todas las vueltas y más hasta extraer su fondo de nobleza. El Juli supo dar con las distancias y las alturas que necesitaba el toro en una labor profunda y llena de matices. Inteligencia y técnica a partes iguales, el madrileño logró muletazos templados sobre ambas manos. Magistral actuación de Julián, que tenía el premio en la mano de no haber fallado con los aceros.