Con su toreo asentado, templado y de buen gusto, -a más de sortear los lotes más toreables- el diestro toledano se alzó con el trofeo de San Antonio de Padua. Buena entrada en las tres tardes y solo el muy discreto juego del ganado frustró un resultado artístico más halagador…
(Desde Lajas, Chota, Cajamarca, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)
Como se esperaba, Lajas vivió tres tardes de toros de pura emoción, con el recurrente tema del ganado, que si bien en líneas generales saltó bien presentado, no dio el juego esperado. Empero, hubieron otros detalles como amagos de cornadas y tumbos a los picadores, que mantuvieron en vilo a los más de seis mil espectadores que coparon tarde a tarde los graderíos del monumental coso lajeño.