Talavante 3 orejas / Roca Rey 4 orejas con petición de rabo.
"Andrés con mucho aplomo lo hizo todo con sinceridad y transparencia al cierraplaza. Tuvo mucha transmisión su toreo por ambos pitones y también exigencias y mucho mando. El final fue explosivo igual que el quite con el capote a la espalda cambiando el viaje del Cuvillo. Espadazo, dos orejas y petición de rabo".
"Andrés con mucho aplomo lo hizo todo con sinceridad y transparencia al cierraplaza. Tuvo mucha transmisión su toreo por ambos pitones y también exigencias y mucho mando. El final fue explosivo igual que el quite con el capote a la espalda cambiando el viaje del Cuvillo. Espadazo, dos orejas y petición de rabo".
(www.ladivisa.es / Emilio Trigo / Foto: Eva Morales)
Cerraba la Feria del Caballo de Jerez el gran mano a mano que tenía expectante a toda la afición en la tarde de este sábado: Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey se veían las caras frente a un encierro de Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo y Zalduendo.
1º abrió plaza un buen Juan Pedro Domecq que dejó torear a placer a Talavante. El diestro extremeño tuvo en frente un animal de embestida noble y entregada que hizo con su astado lo que le vino en gana. Alejandro pareció estar jugando al toro por momentos puesto que su capacidad y poderío fue aplastante. Talavante lo muleteó con excelso temple y verticalidad. Series ligadas y hasta ofensivas por su temple, casi imposible más despaciosidad. Antes con el capote lo recibió con un afarolado en el tercio, verónicas y chicuelinas. La obra estaba realizada pero faltó la firma de la espada. Ovación con saludos tras dos pinchazos y estocada.
La formó Roca Rey ante el encastado segundo de Zalduendo. Andres desplegó su personalidad ante un animal que tuvo teclas pero que sacó fondo y poner. Apuntó con rajarse ante tantas exigencias del peruano pero Roca le tapó la salida y le impidió que se fuera a tablas. Andrés apostó de inicio por las distancias amplias y resultó volteado aparatosamente. Todo quedó en un gran susto afortunadamente. Roca Rey se enroscó con su oponente y lo muleteó con poder por ambos pitones. Al final terminó con bernadinas muy ajustadas en terrenos de chiqueros. Espadazo de rápido efecto y dos orejas que aseguran la Puerta Grande.
Otro buen toro en liza, esta vez de Cuvillo. Alejandro le puso todo lo que faltó a su dócil oponente. Toro colaborador pero algo venido a menos al final. Talavante comenzó de rodillas en el tercio, toreando con las muñecas sueltas y ofreciendo el pecho en cada encuentro. Muleta en la diestra agarrada con el alma. La arruzina de rodillas un "ahí" va eso. Abrumadora obra del extremeño que acarició cada muletazo con impoluta sutileza y elegancia. El toreo de Talavante está en otra dimensión donde la seguridad y la belleza están unidas por las muñecas del extremeño. Ligazón, toques, verticalidad y genialidad por quilates en su quehacer por ambos. Aplastante Alejandro ante el tercero. Oreja.
Roca Rey ofreció en este de Juan Pedro un torero de cercanías. Se le ve a gusto, cómodo y muy seguro en esos terrenos de tanta exposición. Andrés se dio un arrimón sincero de mitad de labor hacia delante, antes lo muleteó con decoro por ambos pitones sin demasiadas aperturas. Un toro de extraordinaria calidad y entrega pero con un ronquido extraño que hizo pensar en cualquier dolencia de respiratoria. Roca Rey firme y con aparente facilidad. Estocada trasera y ovación tras petición.
Buen toro, bravo astado de Zalduendo que sucumbió al poder de Talavante. El quinto no tuvo más remedio que reducirse ante la sincera muleta de Alejandro. Un toro que se fue al caballo con todo su poder y empujó de verdad. Un vara tan sólo pero peleo como si fueran tres. El extremeño que brindó al respetable talló una obra digna de cualquier museo. Talavante toreó con el alma desnuda, sin técnica y con todo a favor del toro. Le presentó la panza con absoluta sinceridad, como la palabra de un niño pequeño. Limpia, pura de cualquier afección e imperfección. Todo fue verdad y torería ante el encastado de Zalduendo. Alejandro toreó andando con una bellísima escenografía y es que todo cuenta para el extremeño que en cada pase entrega la vida. Toreó como no lo había hecho nadie y es que hasta hoy no había venido a jerez Alejandro Talavante. Su natural era la continuación de su templado brazo y los vuelos el camino de cada exigente natural. A diestras, la revolución del un matador que toreó con el corazón y una muñeca rota. No hay parámetros para este Talavante ni toro que se le resista. Espadazo y dos orejas.
El de Cuvillo que cerró el festejo fue un gran toro en todos los tercios. Roca Rey fiel a su personalidad construyó una faena a base de jugársela en cada momento ante un animal con empuje, gran fijeza y extraordinaria entrega. Un toro que compitió de poder a poder con su entregado matador que se quería comer la muleta por abajo. Roca toreó a favor de querencias y ese fue su único error para no perdonarle la vida a tan magnífico astado. Andrés con mucho aplomo lo hizo todo con sinceridad y transparencia al cierraplaza. Tuvo mucha transmisión su toreo por ambos pitones y también exigencias y mucho mando. El final fue explosivo igual que el quite con el capote a la espalda cambiando el viaje del Cuvillo. Espadazo, dos orejas y petición de rabo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Jerez de la Frontera, Cádiz. Tercera de la feria del Caballo. Corrida de toros.
Toros de Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo y Zalduendo.
Alejandro Talavante, ovación, oreja y dos orejas.
Andrés Roca Rey, dos orejas, ovación y dos orejas con petición de rabo.