Joaquín Galdós evidenció solvencia y apuntó poseer un concepto del toreo interesante, sin aspavientos aunque con mucha verdad.
Villamayor de Santiago (Cuenca), 28 may (EFE).- Los diestros Daniel Luque, Emilio Huertas y el peruano Joaquín Galdós pasearon dos orejas cada uno y salieron a hombros al término de la corrida, celebrada hoy en la localidad conquense de Villamayor de Santiago.
Se lidiaron tres toros de Torrehandilla (primero, tercero y quinto) y tres de Torreherberos (segundo, cuarto y sexto), de correcta presencia, a excepción del cuarto, más terciado, nobles y con calidad primero y, en menor medida, segundo; sin entrega tercero, y deslucidos los tres últimos.
Daniel Luque, dos orejas y silencio.
Emilio Huertas, oreja y oreja.
Joaquín Galdós, oreja y oreja.
La plaza registró casi media entrada en tarde de mucho viento.
VENDAVAL DE TRIUNFOS
Intenso viento reinante en Villamayor de Santiago, circunstancia que dificultó pero no impidió ver torear, y relativamente bien por momentos en los tres primeros toros, ya que la segunda mitad del festejo resultó más deslucida.
Daniel Luque anduvo sobrado en su primero, un toro que tuvo nobleza y calidad, pero al que también le faltó un punto de emoción. En este contexto el sevillano acertó a instrumentar pasajes lucidos intermitentes, sobre todo al natural, rematando el trasteo de magnífica estocada entera arriba, lo que le granjeó el doble trofeo.
Poco que reseñar sobre su soso segundo, el de menos presencia de la tarde, con el que Luque se justificó sin brillo.
Emilio Huertas se sintió suelto manejando el capote a la verónica en sus dos toros. Su mejor versión llegó en el segundo del festejo, un ejemplar noble pero de acometidas discontinuas, en el que hubo firmeza y, por momentos, gusto.
El quinto, deslucido y bronco, no propició la ejecución del toreo. Al igual que a su primero, lo pasaportó de gran estocada entera arriba.
Joaquín Galdós evidenció solvencia y apuntó poseer un concepto del toreo interesante, sin aspavientos aunque con mucha verdad.
A su primero le faltó fuelle y entrega, y el sexto careció de ritmo y humillación, a pesar de lo cual el peruano le plantó cara y se justificó aunque sin lucimiento artístico en medio de un vendaval. EFE.