(Juan Medrano Chavarría)
Muchos jóvenes peruanos sueñan ser toreros. Algunos ya lo son. Para ellos debe ser la Feria de la Oportuniad...
No basta acaso que entre las figuras y algún torero mexicano se lleven más del noventa por ciento de los puestos de la feria del Señor de los Milagros…? La Feria de la Oportunidad debe ser fundamentalmente para los toreros peruanos que luchan, sueñan y tienen condiciones y arte que expresar.
Casa Toreros, empresa mexicana que regenta la plaza de toros Acho, anunció el año pasado a través de uno de sus directivos, que darían toros fuera de la temporada nazarena. Nació así la idea de la Feria de la Oportunidad, un mini-ciclo de tres corridas de toros durante los domingos 2, 9 y 16 de julio de este año, en la más que bicentenaria plaza de abajo el puente.
La idea, según la empresa, es mantener y avivar la expectativa por los toros en la afición de Lima y provincias, a mitad de temporada, con precios asequibles a la economía del aficionado común, que no tiene la oportunidad de adquirir un abono para la feria más postinera de América. Y de paso, dar oportunidad a los toreros nacionales para tentar su inclusión en el ciclo mayor de fin de año.
A estas alturas del abril otoñal, poco se sabe de cómo va este proyecto, pero se rumorea que hay dificultades para reseñar el ganado, que sería extranjero y no nacional, en tanto los carteles se estarían bosquejando con un espada peruano y dos extranjeros (español, mexicano, colombiano) por tarde.
Si fuera así, dónde está el argumento de la denominación? Si es Feria de la Oportunidad, es contrasentido incluir a profesionales extranjeros en porcentaje mayor, pues el certamen debe orientarse principalmente al que más lo necesita y meritúa, puntualmente toreros y ganaderos peruanos, especialmente los primeros; aunque en el caso de alguno de ellos -Juan Carlos Cubas-, torero de Acho, no tiene nada que demostrar y por su trayectoria y triunfos en esa plaza debería incluírsele directamente en los carteles de Lima.
A otros toreros, como el chiclayano Paco Céspedes, nunca se le tuvo en cuenta y espera el llamado temporada tras temporada. Más atrás está Alfonso de Lima, que ya compareció, y Morenito de Canta que triunfó de novillero. También esperan Sebastián Vela, en franco ascenso, junto a los demás matadores de toros peruanos que continúan en la lucha.
Si la empresa tiene voluntad y convicción, lo puede hacer, montando una corrida con toreros nacionales en la feria de Lima, como lo hacen en las ferias de Colombia, y acartelando a los nacionales de más caché con las figuras. Pues esto no es novedad cuando de dar oportunidad al elemento nacional se trata.
A los toreros mexicanos les ampara la ley y el nacionalismo, fruto de su revolución burguesa. Por eso en el Coso de Insurgentes desfilan hasta los más modestos. En Colombia también los tienen en cuenta: Cristóbal Pardo, Gustavo Zúñiga, Manuel Libardo, Castrillón, Ramsés, Sebastián Vargas, entre otros que se anuncian cada temporada en las ferias de Bogotá, Cali, Manizales y Medellín. Y en Venezuela, donde se añoran tiempos de gloria, ni que se diga, la afición va al galope y el profesional nacional tiene su puesto asegurado en las grandes citas taurinas.
Casa Toreros sabe del tema y también de nuestra cruda realidad: el escaso o nulo conocimiento de los comités de fiesta, alcaldes y organizadores, sobre la valía de nuestros profesionales, a quienes no toman en cuenta por soberbia o atrevida ignorancia, Sino, miremos los carteles de esta temporada, excepto Chota, que tempranamente se estructuran con un gran porcentaje de profesionales extranjeros, en desmedro de los nacionales, ausentes en los afiches de gran peso específico.
Ojalá esto de la llamada Feria de la Oportunidad no sea un pretexto para poner a los allegados a la casa. Que vayan los que tienen que ir..!! De aquellos españoles, venezolanos, colombianos que tragan mucha tierra en los pueblos y se preparan porque todavía aspiran la grandeza. Pero el sitio ancho debe ser para los peruanos, que se esfuerzan, luchan, sueñan, tienen condiciones y arte que expresar, y son tratados como auténticos parias en su propia tierra.