Crujió La Macarena con el buenhacer del torero antioqueño Luis Miguel Castrillón, un perfecto desconocido que regaló momentos de gran torería en Medellín. La orejita que paseó supo a poco para lo hecho, pero cierto es que hay madera de torero... Diego Ventura pinchó gran faena al 4° y Fandiño estrelló sus virtudes contra dos incombustibles de don Ernesto Gutiérrez…
(Desde Medellín, Colombia, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
Cuando confluyen la mansedumbre y el mal estilo los toros dejan de ser un albur y devienen en acertijos desconcertantes para los toreros. Renuncian a pelear; de pronto escarban y se arrancan, van o no van apretando a veces, o sueltos como moruchos. Esa fue la tónica de la corrida de Ernesto Gutiérrez, con dos lunares, 3° y 6°, que permitieron expresarse con belleza al torero de la tierra Luis Miguel Castrillón, en faenas de altísimo calado lastimosamente irrefrendadas con los aceros.