En noche helada y ante una gran entrada, Alan Corona, el peruano Rivera del Pilar e Israel Sosa han hecho lo más destacable por parte de los novilleros.
(Fuente: El Sol de Tlaxcala / Edición: Miguel Pardo)
Ante una gran entrada y bajo un clima de intenso frío que calaba hasta los huesos, se llevó a cabo el pasado fin de semana la primera novillada de feria, la cual despertó mucho interés por el debut de tres becerristas, además de la presentación del novillero peruano Rivera del Pilar.
Torero de pies a cabeza, con sobrada presencia gitana ya vestido de luces, Rivera del Pilar demostró que no solamente vino desde el país de los andes a vacacionar al rancho del matador Uriel Moreno El Zapata, también vino en busca de oportunidades y cuando se le brindo la primera nos enseñó cosas muy interesantes en su quehacer taurino, con “arabesco” de 400 kilogramos...
Con el capote a los medios de rodillas, aguantando la embestida hasta el final, con deseos más que con técnica, pero dejando destellos de calidad al embarcar, un quite por gaoneras mostró que valor es lo suyo, con la muleta cambiado por la espalda hasta en dos ocasiones, trazos largos y templados con sello personal por el lado derecho, pero por naturales mostro hechuras de torero caro, cuando acompaña con la cintura vaya muletazos deja el torero, con la pierna siempre adelante, como torero antiguo y eso se agradece, falta de técnica si, entendible cuando es su segundo novillo que mata, pero valor y afición, eso está de sobra, dos pinchazos arriba y una estocada trasera para recibir el cariño del público.
Rivera del Pilar, agradable sorpresa