lunes, 31 de octubre de 2016

TROFEO AL VALOR DE LUIS LÓPEZ EN ACHO

Pudo ser triunfal el festejo inaugural de la feria por los 250 años de la histórica plaza, pero los jóvenes espadas no estuvieron finos a la hora de la verdad. La novillada de La Centinela en conjunto dio juego y algunos ejemplares exigieron la credencial; y allí estuvo el detalle…

(Juan Medrano Chavarría)


Buena entrada y mejor ambiente en el inicio de la feria taurina más asolerada de la América taurina. Algunos claros en los tendidos de sol y mucho cemento en los de sombra; aún así, mayor concurrencia que en otras temporadas. Sin duda, el auge taurino de los pueblos, encarnado en su gente emprendedora residente en la capital, ha dado especial impulso a la nueva realidad que hoy se vive y se palpa en la tercera plaza más antigua del mundo.

Los novillos – toros de La Centinela, con sangre ecuatoriana de lo de Cobo, saltaron bien presentados y dieron variopinto juego, con matices de bravura, transmisión y mansedumbre en diverso grado, moviéndose pero con tendencia a las tablas; duro examen para la terna, que en algunos casos resolvió, y en otros abdicó ante el poderío y complicaciones de los animales. Corrida interesante y aleccionadora para el buen aficionado, que entiende la naturaleza del comportamiento de los toros y valora el esfuerzo, entrega y conocimiento que los lidiadores muestran en la arena, primero para domeñar, y luego para crear arte a partir del poderío.

El 1°, aplaudido de salida, se estrella contra el peto sin pelear, espera en banderillas y en la muleta mide para cazar. Lleva peligro porque tras meter la cara y consentir al torero en el primer muletazo, se revuelve y busca por abajo las zapatillas. Le da un primer aviso y lo hace rodar por la arena. El rubio vuelve a ponerse y manda en muletazos de mano baja, dándole las tablas, con quietud y determinación. El 4° puntea el capote y el francés no le gana terreno. Tras varas el defecto del morlaco se acentúa sobre todo por el pitón izquierdo, pegando cabezadas que el torero no puede atemperar. El lado derecho es menos malo e incluso con cierto recorrido, que Younes tampoco aprovecha. Había que hollar terrenos, pero el torero no persiste en el empeño y tras pincharlo fue silenciado.

Rafael Serna se deja ver más seguro y fácil con las telas. Está más toreado pero trae fresca la gravísima cornada del 13 de junio en Madrid. Su primero, gazapón y poco claro, se defiende y opta por la valla. En esos terrenos el sevillano le da valerosa lidia porque se lo pasa muy cerca, encajando muletazos de buen gusto sobre ambas manos. Con el público caldeado y a su favor, lo mata muy mal y pierde los trofeos. El 5° también gazapea pero tiene transmisión y repite por el pitón derecho. Es un buen toro al que hay que descubrir con paciencia y persistencia, sobre todo en las distancias, que el sevillano no acierta, toreando a la defensiva y desbordándolo el animal. Plebeyo mereció el arrastre lento y las palmas tibias de algún pequeño sector del público, aunque marchó inédito, sin historia ni epitafio.

Pero la sorpresa de la tarde, -por su toreo que fluye natural, cándido, sin adosamientos ni posturas pre concebidas, tuvo un nombre: Luis López, joven torero chiclayano de estirpe chotana salido de la escuela taurina del matador de toros Paco Céspedes, que hizo vibrar a los tendidos con su entrega, amor propio y ese deseo infinito de alcanzar el triunfo a toda costa.

Claro está, apenas es un chaval con diez festejos que perfila su toreo tragando paquete, aprendiendo en la lucha y ganándose el pan a fuerza de guerrear con lo que le echan en los pueblos. Y ayer, ante dos novilleros de escalafón, mostró sus credenciales de torero en ciernes y prospecto de la torería nacional.

Sus faenas no tuvieron estructura pero guiado por el corazón y sobre la base de su gran preparación física, esperó a porta gaiola al 3° y después resolvió con dos largas cambiadas en el tercio. Acho fue una locura y salió del letargo, porque vio a un torero modesto que con más ganas que conocimiento, rompía los moldes generando emociones inenarrables. El novillo traía buen fondo y recorrido y la faena tuvo picos de emoción, con naturales, derechazos, arrucinas y redondos que, salvo algunos enganchones, fueron muy jaleados por el público. El 6° fue un manso huidizo que cuando se olvidó de las tablas metía el morro y transmitía. Toro de triunfo. López anduvo tras de él y con un impresionante despliegue de facultades físicas, logró meterlo en la muleta. No fue suficiente la voluntad y tras ser desarmado en dos ocasiones, la faena perdió interés. Y en el ocaso, alguien lanzó un bocinazo: “El Perú ya tiene un torero…” Tiempo al tiempo.

Ficha. Domingo día 30 de octubre de 2016. Tarde soleada con poco más de media plaza. Reses de La Centinela, bien presentadas y de variado juego. Andy Younes (Nazareno y Oro) Media estocada perpendicular, trasera y desprendida, silencio. Pinchazo, estocada caída, silencio. Rafael Serna (Aceituna y Oro) Estocada delantera, tres golpes de descabello, silencio. Estocada delantera, pinchazo hondo, estocada delantera, tres golpes de descabello, silencio. Luis López (Grana y Oro) Estocada delantera, oreja. Pinchazo, estocada delantera, saludos.


Retoño, N° 59, de 450 kilos, abrió la tarde y la feria del 250 aniversario de la histórica Plaza de Acho...

 Al que Angelo Caro castiga con determinación, sin que el bicho haga por meterse en la pelea...

 Desarrollando peligro y a punto de coger al galo Andy Younes...

 Que supo estar a la altura, poniéndose y arrancándole muletazos por el pitón derecho...

 Sin embargo, le faltó recursos para domeñar al 4°.

 El 2° se arropó en tablas y la faena de Serna fue en la querencia del animal...

 En vistosos muletazos pues el animal metía muy bien la cara..

 Perdiendo los trofeos tras descabellar.

 Con Darcy Tamayo clavando un emotivo par...

 Y recibiendo una cerrada ovación de la plaza...

 El 5°, algo gazapón, fue un buen toro con el que Serna se dobla con aires poncistas...

 Que tuvo picante y no lo dejó estar.

 El peruano López esperó a porta gaiola al buen 3°...

 Se lo brindó al matador de toros Paco Céspedes, su mentor, y al hermano de éste...

 Haciendo vibrar a los tendidos...

 Con su valor, desparpajo...

 Y atrevimiento...

Matando con habilidad...
 
Para pasear la única oreja de la tarde.

 En tanto el toro fue premiado con el arrastre lento.

 Al huidizo 6° salió a arrancarle las orejas. El bicho estuvo a punto de empitonarlo...

Volviendo al fragor sin conseguir su objetivo.