El madrileño indulta un toro de Juan Bernardo Caicedo y abre la puerta grande de la plaza Jorge Piedra Lozada. La corrida tuvo raza y hubieron toros importantes como el 5°, arrastrado sin honores. Hoy cae el telón de la feria con Paco Ureña, Juan Leal y Joaquín Galdós ante toros de Caicedo.
(Desde Cutervo, Cajamarca, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)
La corrida no fue una pera en dulce. Había que tocarle los lados y manejar los tercios con inteligencia. Su mayor virtud fue el fondo; el resto fue asumido por la terna, que con altibajos, resolvió y llevó a buen puerto el espectáculo, con un fulgurante epílogo protagonizado por el torero de Madrid Gómez del Pilar.
Este torero salió literalmente a comerse el mundo. Esperó a porta gaiola a sus dos oponentes y fue un torbellino de voluntades. Su primero desarrolló sentido tras el encontrón con el piquero, desparramando la vista y con escasa fijeza. El madrileño no se amilanó y enfrentó el problema con temple y paciencia, hasta embarcarlo por el pitón derecho en series que si bien no fueron un dechado de verdad, evidenciaron su enorme disposición para resolver en triunfo el compromiso. Con el que cerró la tarde volvió a hincarse en frente de toriles y aunque algo embarullado, hizo estallar los tendidos enrabietado y con ansias infinitas de gloria.
Tras el puyazo de rigor el animal mostró virtudes y el torero ni lo pensó. Presentía el triunfo y puso toda su voluntad para lograr el objetivo. Los muletazos fluyeron emotivos por el pitón derecho una y otra vez, engarzados con molinetes en rápidos movimientos que calaron mucho en el público. El lado izquierdo no era el mejor, y vuelto a derechas la brega continuó en ese tono. Gómez no es torero de pasmo pero su actitud lo tapa todo; su quehacer va conectado a su manejo escénico y en ese vaivén embelesa a la galería. El clamor fue unánime y el juez, entre las cuerdas, flameó el pañuelo naranja desatando la algarabía en los tendidos.
Emilio Huertas también pudo saborear el pastel. Es torero perseverante que se cruza mucho con el pecho por delante, porfía e intenta la gloria. Con el 2°, que arrollaba, recetó muletazos jaleados. Con el 5° pudo ser, porque el toro tuvo su importancia, pero el castaño quedó crudo en varas tras la obstinada decisión del presidente de no autorizar otro puyazo. El animal transmitía peligro y el torero lo hizo pasar por el pitón izquierdo, de uno en uno con quietud y mucha actitud, soñando con el triunfo que no llegó por el equívoco uso de la espada.
Juan Leal mostró falencias ante un lote que si bien no auspicioso, tuvo algún rescoldo para trastocar el mal augurio. El 1° lo achuchó en dos ocasiones y estuvo a punto de calarlo. Se llevó una herida en el pulgar de la mano derecha que necesitó atención especializada en el nosocomio de la ciudad.
Ficha. Miércoles día 29 de junio de 2016. Sexto festejo de abono de la feria San Juan Bautista. Tarde soleada con plaza rayando en lleno. Reses del señor Juan Bernardo Caicedo, de Bogotá, Colombia, disímiles de presentación y juego. Juan Leal (Morado y Oro) Pinchazo, estocada caída, dos pinchazos, estocada caída, dos descabellos, silencio. Pinchazo, metisaca, cinco pinchazos, descabello, silencio tras un aviso. Emilio Huertas (Verde y Oro) Estocada caída y dos descabellos, vuelta al ruedo. Media estocada, estocada delantera y caída, dos descabellos, silencio tras un aviso. Gómez del Pilar (Azul y Oro) Estocada delantera, oreja. Dos orejas y rabo simbólicos.
El francés Juan Leal cambiándose al toro por detrás en los medios...
Y achuchado, no tuvo una tarde feliz...
Aún con este bastito jabonero con el que pudo remontar.
En cambio Emilio Huertas se mostró más solvente...
En interesante faena al 2°, con verdad...
Refrendada ante el 5°. Ambas faenas, infelizmente malogradas a espadas.
Gómez del Pilar estuvo hecho un verdadero vendaval...
Jugándose el tipo...
Toreando con gran disposición...
Indultando a este buen toro del señor Caicedo...
En tarde triunfal en la monumental Jorge Piedra Lozada de Cutervo.