Crujió La Macarena con el buenhacer del torero antioqueño Luis Miguel Castrillón, un perfecto desconocido que regaló momentos de gran torería en Medellín. La orejita que paseó supo a poco para lo hecho, pero cierto es que hay madera de torero... Diego Ventura pinchó gran faena al 4° y Fandiño estrelló sus virtudes contra dos incombustibles de don Ernesto Gutiérrez…
(Desde Medellín, Colombia, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
Cuando confluyen la mansedumbre y el mal estilo los toros dejan de ser un albur y devienen en acertijos desconcertantes para los toreros. Renuncian a pelear; de pronto escarban y se arrancan, van o no van apretando a veces, o sueltos como moruchos. Esa fue la tónica de la corrida de Ernesto Gutiérrez, con dos lunares, 3° y 6°, que permitieron expresarse con belleza al torero de la tierra Luis Miguel Castrillón, en faenas de altísimo calado lastimosamente irrefrendadas con los aceros.
Con apenas dos años de alternativa y escasas presentaciones en plazas colombianas, el joven Castrillón estremeció de emoción a la afición paisa. Rápidamente entendió las condiciones del 3° y se apretó por chicuelinas rebosantes de gracilidad. El animal traía un buen pitón izquierdo y el torero lo vio claro desde el principio; echóle la pañosa a los belfos y tiró de él con un temple fabuloso, jaleando la plaza con olés retumbantes. Los muletazos fluyeron perfectos; juego de muñecas, cintura rota, entregadísimos y barriendo la arena. El tiempo se detuvo en la plaza, repitiéndose la sinfonía en el 6°, en aquel inolvidable galleo capotero con que el torero llevó al caballo a Guacamole. Cierto que anda verde con la espada, pero lo demás está dicho. Aquí hay torero y su administración tiene que apuntar a las grandes ferias colombianas.
La actuación de Diego Ventura fue otro buen compendio de la más alta escuela del toreo a caballo. Un lujo verlo en América con su bien afiatada cuadra de corceles, interpretando las diversas suertes ante un público que gusta mucho de este espectáculo. El 1°, por rajado, le puso trabas a su despliegue; aún así, porfió encelando y arrimándose para sacar de sus querencias al animal. La apoteosis llegó con el 4°, que se movió de salida y anduvo más fijo en los cites. Esta faena sí que tuvo estructura y allí está la atronadora ovación con que el público correspondió la manera en que el lusitano templó a la grupa al animal. Los previos de las banderillas también fueron extraordinarios, arrimándose casi hasta el hocico del toro por detrás, para cambiárselo de terrenos, llevándolo toreadísimo. Y qué cabriolas, desengañando al toro para clavar a dos manos y desatar el delirio. Tampoco estuvo fino con el rejón y fue casi obligado a saludar una ovación tras escuchar un recado.
Iván Fandiño no tuvo una buena tarde pero dejó patente su gran cartel. El 2° tuvo algún arresto por el pitón izquierdo y por allí logró someterlo con hondura y profundidad, sintiéndose él y extrayendo del bicho lo que no tenía. Tampoco renunció a la mansedumbre del 5°, muy renuente a embestir. Lo atacó él arrancándole muletazos en las querencias y anduvo siempre por encima de las malas artes del morlaco. Ambas faenas no tuvieron buen colofón y el torero de Orduña tuvo que marchar en resignación.
Ficha. Sábado día 13 de febrero de 2014. Corrida de Toros. Reses de Ernesto Gutiérrez, de buena presentación y diverso comportamiento, destacando el 3° y 6°. Diego Ventura, siete pinchazos, rejón caído, silencio y pitos al toro. Tres pinchazos y rejón trasero, saludos tras aviso. Iván Fandiño (Espuma de Mar y Oro) Pinchazo, estocada entera, saludos tras aviso. Pinchazo, estocada delantera, saludos. Luis Miguel Castrillón (Perla y Oro) Estocada delantera y caída, oreja y palmas al toro. Pinchazo, media estocada tendida, estocada caída, ovación tras aviso y palmas al toro en el arrastre.
Diego Ventura tuvo un gran preámbulo en ambas faenas...
Pero no llegó a coronar a pesar del gran ambiente que dejó en La Macarena.
Iván Fandiño, como es usual en él, salió a dejarlo todo en la arena...
Al 2°, rajado, le plantó pelea...
Logrando someterlo y hasta gustarse en muletazos de mucho sentimiento...
Pero con el 5° la lucha fue cuerpo a cuerpo, saliendo airoso el torero de Orduña.
El antioqueño Castrillón tiene gusto para torear...
Este galleo fue de veras proverbial...
Y un par de monstruos en su cuadrilla Carlos Garrido...
Y Ricardo Santana, que saludaron ovaciones...
Castrillón se llevó el lote...
Pero el verdadero mérito fue que los descubrió...
Y los cuajó...
Con la mano de la verdad...
Cortando una oreja de oro puro en su tierra.