Un toro escapó de corrales y sembró el pánico en la plaza de toros de Jesús. En su huida, el bovino hirió menos grave al padre del rejoneador José Miguel Callejón. Los toreros fueron a por él y El Poeta lo despachó en los alrededores de la plaza. Fue una tarde accidentada donde no hubo trofeos y sí mucho miedo…
(Desde Jesús, Cajamarca, textos y fotos de Juan Medrano Ch. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava).
Una mala maniobra del chofer del camión que transportaba los toros, estuvo a punto de ocasionar una tragedia de proporciones inimaginables ayer en la plaza de toros Abraham Guevara Martínez, durante el segundo y último festejo de la feria en honor al Dulce Nombre de Jesús.
Sin prever las consecuencias, el conductor retiró el transporte antes de asegurarse que el toro a lidiarse en tercer lugar, estuviera en el albero; de tal forma que al retirar el vehículo, el animal volteó en contrario y retornó por la manga hacia las afueras del recinto. En la búsqueda de sus querencias, el toro con el hierro de Vista Alegre que debía ser lidiado por el diestro mexicano El Poeta, propinó cornada al señor Antonio Callejón, padre del rejoneador hispano José Miguel Callejón, que resguardaba los caballos toreros muy cerca de la boca de salida del toril. El animal rápidamente alcanzó el umbral de los tendidos de la plaza, jaqueando a la gente que entró en indescriptible pánico; una policía también fue zarandeada y otras personas sufrieron golpes menores al intentar huir del asedio del cornúpeta.
En encomiable actitud, los matadores y las cuadrillas corrieron en busca del toro que finalmente fue estoqueado en los alrededores del coso por Manolo Juárez El Poeta, a quien precisamente tocó lidiarlo y despacharlo en el albero. La calma se restituyó de a pocos y casi entre sombras echaron al Salagual que hizo 4°…
Antes, El Yeta había sorteado uno del mismo hierro de escaso recorrido y al que pudo haberlo toreado mejor por el lado derecho. Aún así, su actuación tuvo ambiente y pinchó perdiendo algún trofeo. El 4° fue un mansito que pasaba sin decir nada y saltó justo cuando la gente no acababa de reponerse del susto del toro escapado.
Mucha fatiga y pesadumbre pasó Callejón con el 2°, un toro de Salagual apenas embolado que aparentaba torpeza, pero que al sentirse acosado por las cabalgaduras sacó sus malas artes y tras consentirse en un par de lances, caló las carnes de Halcón. Tras el percance, el torero –por falta de garantías para sus caballos, a confesión de parte-,no retornó a la brega y el animal fue apuntillado en el ruedo.
El episodio no pasó a mayores pero queda la lección. Falta de previsión de las autoridades encargadas de velar por la seguridad pública en este tipo de espectáculos masivos. Defensa Civil no cumple su papel, el gobierno local tampoco y menos la policía, cuyos efectivos también sufrieron las consecuencias del desbande. Los toros deben echarse de los chiqueros, que para eso están, y no del camión. Sino, recordemos lo sucedido en Matara hace tres temporadas, cuando en idéntica maniobra, un toro huyó al campo y al ser acosado retornó a las calles hiriendo a tres personas…
Ficha. Plaza de Toros Abraham Guevara Martínez. Martes día 19 de enero de 2016. Tarde nublada con tres cuartos de entrada. Reses de Salagual, 1°, 2° y 4° faltos de casta y algunos con peligro; y uno de Vista Alegre, 3°, que huyó de toriles y muerto fuera del albero. César Bazán El Yeta (Turquesa y Oro) Estocada delantera, tres pinchazos y media estocada delantera, palmas tras un aviso. Estocada y estocada, silencio. José Miguel Callejón, silencio en el toro apuntillado en el albero. Manolo Juárez El Poeta (Azul Añil y Oro) No lidió al 3°, por escaparse éste de la plaza.
Abrió plaza El Yeta con este ejemplar de Salagual, de poco recorrido...
Extrayéndole algunos muletazos por el pitón derecho. Pinchó y perdió algún trofeo...
El 4° fue un mansito que lidió a oscuras, en faena sin importancia por la embestida ovejuna del animal.
Callejón lidió este marrajo de Salagual, sin hechuras, pregonadísimo y que al inicio anduvo tontón...
Pegándole la cornada a Halcón...
Cornalón, diríamos, que atiende el especialista ante la mirada del torero.
El 3° huye a los tendidos tras una negligente maniobra del conductor del camión, que retiró el vehículo de la manga antes que el toro salte al albero...
Provocando pánico...
Y en su estampida propinó una cornada al señor Antonio Callejón, padre del rejoneador José Miguel...
Y atendido en la misma plaza por el doctor Edmundo Zambrano, auténtico guardián de los toreros...
Cuando levanté la mirada, ya tenía el toro encima, señala el español.