La plaza de toros Acho cumplió ayer 250 años de fundada. Un entusiasta colectivo de aficionados organizó un sencillo pero significativo acto conmemorativo en su histórico albero, se soltaron globos blancos y el famoso declamador Carlos Barraza se desbrozó en coplas de bravía emoción…
(Juan Medrano Chavarría)
Dos siglos y medio de existencia no pudieron pasar inadvertidos para los cultores de la fiesta. Y aquel vetusto templo sagrado de barro y madera se convirtió ayer en el centro de peregrinaje de un grupo de asiduos y fieles. Un cura rememoró a las almas toreras y el eximio Carlos Barraza nos emocionó con sus versos, en la misma arena donde una tarde de finales de los noventa, el gran Rafael Gastañeta cuajara una extraordinaria faena a un toro mexicano.