El mexicano abrió la puerta grande de la bicentenaria junto a Talavante, en la corrida inaugural de la feria del Señor de los Milagros. Reticente, escasamente colaboradora y muy justita de raza y trapío la corrida de Zalduendo. Los toreros tiraron del coche y de Morante apenas el aroma de su toreo que Lima aún no ha paladeado.
(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
El calendario dio la vuelta en un abrir y cerrar de ojos; y octubre, todavía con las reminiscencias del incienso nazareno, nos trae de vuelta a los toros en aquel templo sagrado que es Acho; en tarde gris y opaca de brillo solar, como suelen ser las tardes limeñas de primavera.