Los toros de Monterrey embistieron y saltaron con mejores hechuras en la cuarta y última corrida de la feria de la Santísima Virgen del Carmen, donde el catalán Serafín Marín y el almeriense Torres Jerez hicieron el toreo de quilates; junto a ellos, El Yeta no se sintió menos y a base de entusiasmo y actitud también saboreó la miel del triunfo. La tarde anterior Esaú Fernández y Fernando Adrián se dejaron ver ante una corrida complicadísima y traspusieron a hombros el pórtico de La Bambalitana. Por la hidalguía y modestia de sus organizadores, esta es una feria que promete y aguarda su consolidación en la próxima temporada.
(Desde Bambamarca, Cajamarca, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
A pesar que la corrida de lunes día 20 de julio sacó menos casta y muchas complicaciones, los toreros se las arreglaron para torearla y matarla. Terciados y extremadamente abantos, algunos anovillados, tardos, dubitativos y no menos peligrosos, supusieron un cúmulo de problemas para los de a pie. Con esta realidad los toreros tuvieron que tirar pa’lante y plantear las cosas con más pragmatismo que retórica. El sevillano Esaú Fernández, artista consumado, apeló a otros argumentos para remontar su mala suerte en los sorteos. Ante el 3°, noblote pero con poquísima fuerza, lo hizo todo para agradar y vaya que lo logró. Al 6°, más asequible, le hizo faena de perseverancia y algunos de sus naturales tuvieron profundidad y largura.