El novillero peruano cortó una oreja del segundo de la tarde, un ejemplar manso, reservón y aplomado al que supo tocar todas las teclas. Con el quinto, que le hirió al entrar a matar, volvió a meterse al público en el bolsillo entregándose a tope en una labor de intensidad creciente que remató por luquecinas.
(El País)
El novillero peruano Andrés Roca Rey, que cortó dos orejas, fue el triunfador del festejo de abono celebrado en la plaza de la Maestranza de Sevilla, en el que el murciano Filiberto obtuvo un apéndice y el sevillano Pablo Aguado se entregó y fue cogido dos veces por el sexto, que afortunadamente no consiguió herirlo.