Incesante lluvia cayó durante todo el festejo. La corrida, de varias ganaderías, sirvió y mucho, pero algunos ejemplares resultaron indescifrables para sus lidiadores. El Santi fue corneado en el triángulo de escarpa por un encastado de Punta Hermosa. No hubo ambulancia ni camilla, pero sí un médico que siempre está allí para salvarle la vida a los toreros. El espectáculo inició a las cuatro de la tarde y concluyó a las siete de la noche…
(Desde Jesús, Cajamarca, textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
La lluvia no cesa en los andes cajamarquinos. Es el agua bendita, dicen los lugareños, que hace florecer los choclos y las parvas de frijoles que motean los cerros y las quebradas de este productivo distrito donde en enero se celebra al patrono Dulce Nombre de Jesús.