martes, 17 de noviembre de 2015

TRIUNFO DE DOS GUERREROS DEL TOREO

Acho testificó la gloria de un torero que manda y defiende su sitio, y de otro en pos de la cima. La puerta grande fue para los dos, ante una corrida española terciada pero encastada y complicada de Daniel Ruiz. 

(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)


La gente salió hablando de lo pequeña que estuvo la corrida. La tertulia del común giró en torno a aquella frase que alguno lapidó con otra más real que la catedral de Lima: Habitamos el tercer mundo y en el escalafón somos ciudadanos de tercera categoría; y al tacho con la historia de Acho, que no vale un céntimo cuando de imponer la voluntad de las figuras se trata. Por ello, la de Zalduendo con aquellos toros de misérrimos pitones, fueron para Morante y Talavante; y el último domingo, la discretísima estampa de las reses albaceteñas, reseñadas de seguro para el maestro de Béziers. 

Entonces los toreros tenían que escribir su historia. Este par de mastines sabían a lo que iban, y encararon la cita con vergüenza y atrevimiento, en especial el madrileño, que se pone muy de a verdad y esta temporada abrió tres veces la puerta grande de Las Ventas de Madrid.

A la corrida le faltó cuajo y remate y su comportamiento tuvo altos y bajos, oscilando con picos muy pronunciados. Suelta y corretona de capote, midiendo en la muleta, sin entrega pero con ritmo y buena clase a veces. Estas divergencias de comportamiento hicieron trastabillar a los coletas, desarmados y achuchados al cruzar la línea. El conocimiento y la capacidad lidiadora de estos dos toreros remontaron las dificultades y saborearon el triunfo al final de la tarde.

El que abrió plaza fue protestado por su escaso trapío. Llevaba en el brazuelo el guarismo 2 –nacido en 2012 y a la fecha con algo más de tres años-; no da pelea en varas, mansea y se mueve codicioso pero sin claridad. Castella brinda a los caídos en los sucesos luctuosos de su país; se hace silencio y cogido a la valla los muletazos saben a poco. En los adentros hay más derechazos que el animal los toma reponiendo y buscando el bulto. Una vara no fue suficiente y conforme transcurre la lidia saca resabios y echa mano al torero galo, que renuncia a la pelea y va por la espada. 

El 3° va más definido y se mueve con celo en los toques. Tiene mucha fijeza, vivaz y arrancándose en largo. Sebastián brinda a la afición de Lima,-es el clásico toro para su toreo-, cita en los medios y le cambia el viaje pasándoselo por detrás tres veces consecutivas. Acho se emociona y rompe en cerrados aplausos. El toro tiene un buen pitón derecho, va humillado con ritmo y entregado, encajando el torero templadísimas series de cuatro muletazos que remata con el público enfervorizado. Prueba con la mano de la verdad, el toro mete la cabeza pero vuelto a derechas disfruta muy relajado en dos muletazos templadísimos y despaciosos. La estocada cae traserilla pero el pedido es unánime y la presidencia accede al fervor. Con el 5° está en maestro desde el capote, ante un toro que muestra codicia y celo por los engaños. Con el milagro del temple lo atempera, lo ahorma y le baja las revoluciones, engarzando derechazos que hacen retumbar la plaza. No hay tela por el otro pitón y tras volver al lado bueno el animal renuncia a la pelea. Con la gente muy caliente lo pincha y mata de estocada entera; hay clamor pero el usía no suelta prenda y el francés da la vuelta al ruedo entre ovaciones.

López Simón es el torero revelación de la temporada. Es de Madrid, se ha forjado en la fragua y de valor y verdad no se le discute. Pisa fuerte el albero, anda muy cruzado con los toros y casi nunca enmienda nada. Lástima que al día de hoy, con el toro tan manipulado, las cosas sean muy previsibles en el toreo; con todo ello, este señor supone una bocanada de aire fresco entre los que mandan y apenas hacen el esfuerzo. Con Travieso, que saltó 2°, brusco y descompuesto en el capote, geniudo y crudo en varas pero in creciendo en la muleta, mostró la buena madera de la que está hecho. El toro tuvo mucho fondo y la faena fue intensa de principio a fin. Inició sometiendo a pies juntos desaforando impecablemente los arrebatos del toro. Cita en largo –que es la grandeza del toreo-, y aguanta muy de veras. El toro se le queda, vuelve a ponerse y el animal se entrega en tandas de derechazos relajados y desmayados. Los naturales también son de florituras, embraguetadísimos y engarzados con martinetes y redondos sin solución de continuidad. Acho se entrega y aún sin refrendar con el acero caen los primeros trofeos de la tarde. 

El 4° no dice nada en el capote, se resiste a ir pa’lante y sale suelto de varas. El torero lo ataca y a base de cruzarse y echarle el trapo al pitón contrario, construye faena tirando del animal en derechazos y redondos celebrados por el público. El 6° fue el lunar de la corrida, arrollando, defendiéndose y midiendo para cazar. Va por él y sale despedido; se pone de nuevo encelando en el sitio, pero sólo hay medio pase y nada importante para la reseña.

Buena entrada para un inesperado mano a mano donde se cayó Perera y la empresa no incluyó a un sustituto de su categoría. El público tragó por la buena disposición de los alternantes y el resultado, que ayudó mucho, pero la seriedad y formalidad deberían ir siempre por delante. 

Ficha. Domingo día 15 de noviembre de 2015. Tarde nublada con tres cuartos de entrada. Tercera corrida de toros de la Feria del Señor de los Milagros. Reses de Daniel Ruiz, terciadas y de variado juego. Sebastián Castella (Tabaco y Oro) Estocada trasera y caída, palmas al torero y pitos al toro. Estocada traserilla, dos orejas. Pinchazo y estocada entera, vuelta al ruedo tras petición. López Simón (Azul Rey y Oro) Estocada delantera y caída, dos orejas. Pinchazo y pinchazo, estocada caída, palmas tras aviso. Estocada delantera y caída, palmas. Incidencias. Denis Castillo, de la cuadrilla de López Simón, saludó una ovación tras parear al corrido 2°.


 Como ya es tradición, los alternantes saludan a la afición de Lima.

 El 1°, al que Castella capotea, fue protestado. Era un auténtico novillo.

 Que desbordó al maestro...

 Desarmándolo y echándolo por el albero...

 La historia cambió con el 3°. El galo disfrutó y toreó relajado...

 Saboreando el triunfo.

 López Simón es torero hecho para las grandes batallas...

 Que va muy firme, con mando y autoridad...

 No duda y corre muy bien la mano...

 Y aunque achuchado por el mansito 6°...

Abrió los brazos mostrando las orejas...