El peruano, que destaca por su firmeza, decisión y autenticidad, pasea dos orejas en su presentación en España como matador de toros.
(Por Íñigo Crespo)
Morante de la Puebla esbozó caros apuntes y dio una vuelta al ruedo. El Juli, sin opciones con un lote imposible.
Abrió plaza un toro noble pero desrazado y sin clase. Ante él anduvo Morante de la Puebla en una faena breve y plana que no pasó de meros esbozos. Mató de un pinchazo, estocada y un golpe de descabello tras el que fue silenciado. Esmerada y espumosa fue la faena de Morante frente al noble pero muy apagado cuarto, al que tapó con su innata torería y saber estar. La expresión del de La Puebla y un suculento manejo dieron entidad a una faena de mucha personalidad en la que hubo mucho más torero que toro. Muletazos sueltos de bellísima factura, destacando una serie de naturales de uno en uno que tuvieron sabor. Mató de un pinchazo y una estocada corta y dio la vuelta al ruedo.
El que hizo segundo, terciado, fue un animal sin clase, raza y muy en el límite de la fortaleza. Intrascendente resultó la faena de El Juli, sin oponente. No tuvo opciones tampoco frente al quinto, deslucido y apagado, sin clase ni celo. La técnica y el querer de El Juli no fue suficiente para tapar un intrascedente episodio. De nuevo, lo mejor, fue un quite por saltilleras muy ceñido y comprometido de Roca Rey.
Roca Rey firmó ante el tercero un compendio de firmeza, carácter, inteligencia y decisión a toro que se movió con genio y sin entrega. El peruano se hizo presente en La Ribera con un quite al toro de El Juli en el que combinó una chicuelina, una talaverana y una revolera. No le importó a Roca Rey las condiciones de su oponente que le hizo de todo y todo bien. Ceñido en un buen quite por gaoneras. Y después en una faena de pundonor, ligazón y asiento. Sobre ambas manos metió en cintura al toro, llegando al público por la reunión y el impacto de muchos de sus muletazos. Arrucinas, circulares, capeinas, manoletinas... Todo sobre la base del toreo fundamental. Un impacto. Gran estocada en todo lo alto. Se pidieron con fuerza las dos orejas que el palco dejó en una.
Expuso Roca Rey frente al sexto, el toro más manejable del encierro. No tuvo clase pero se movió aunque punteando en el engaño. La actitud del peruano resultó frenética. Y su asiento. Faena de riesgo y buen trazo, ganando la partida al animal. Entera la labor en los medios. Sinceridad de un Roca Rey que quiso mucho, superando a su oponente. De nuevo manejó con contundencia la espada, dejando un espadazo arriba.
Logroño, martes 22 de septiembre de 2015. Toros de Zalduendo. Corrida terciada, deslucida en conjunto y carente de clase. noble el cuarto aunque sin alma; más manejable el sexto. Morante de la Puebla, silencio y vuelta al ruedo tras petición; El Juli, silencio en ambos; Roca Rey, oreja con petición de la segunda y oreja. Entrada: Dos tercios de plaza. Saludaron en banderillas en el tercero Iván García y Ernesto Caballero.