De súbito, ayer tarde dejó de latir el corazón de este gran aficionado chotano que animó durante más de cincuenta años la feria de San Juan Bautista de Chota. Fue también gran impulsor del floclor y eximio poeta que le cantó a las tradiciones de su amada tierra, a la que siempre visitó infaltablemente en junio.
(Juan Medrano Chavarría / Foto: Miguel Pardo)
Don Pepito, chotano de alma bravía, no pudo resistir la infausta noticia del deceso de su hermano Jaime y emprendió viaje por el oscuro túnel de la muerte, sumiéndonos en angustia, sopor y pesar. Tenía el espíritu de un adolescente y la ilusión de un novillero que empieza a tentar la gloria. En junio de cada año coincidíamos frente al local municipal para disfrutar de los pasodobles –algunos compuestos por él-, que interpretaban las afamadas bandas de músicos contratadas para la fiesta junina. Luego era común verlo en la puerta de cuadrillas, grabadora en mano, entrevistando a los toreros antes del paseíllo, desbordando entusiasmo y afición.
Junto a su hermano Estuardo y su primo Adolfo Sánchez, ex – alcalde de Chota, impulsaron la fiesta de los toros en Chota durante la década del noventa; a más de asiduos asistentes a las ferias de los pueblos vecinos como Lajas, Tacabamba, Bambamarca y Santa Cruz. Su temprana e inesperada partida deja un inmenso vacío entre sus seres queridos, amigos y el periodismo regional. Sus restos, junto a los de su hermano Jaime Villanueva, se velan en los ambientes de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, urbanización Santa Victoria, Chiclayo.
Descansa en paz entrañable Pepito.