Ante mansa y descastada corrida del maestro César Rincón, que no ha saboreado la miel en Lima; antes como matador y hoy como ganadero de reses bravas. El torero extremeño fue el único de la terna que se puso en el sitio y sustentó con valor y poder su categoría de verdadera figura del toreo.
(Textos: Juan Medrano Ch. Fotos: Miguel Pardo N. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava).
Definitivamente el llamado monoencaste, -término inventado por la prensa española para obviar lo de Domecq y no ofender al inventor y su larga lista de seguidores-, se está cargando la fiesta. Los ganaderos seleccionan para aliviar a los toreros, perpetuando la nobleza ovejuna y tapando la fiereza de un animal salvaje como es el toro bravo. De resultas que en las plazas saltan toros inválidos, atacados de kilos y que llegan medio muertos al último tercio. De eso hemos visto y mucho durante las cuatro corridas de toros de la feria del Señor de los Milagros.