Borja Jiménez cortó una oreja, Francisco José Espada y José Garrido se fueron de vació, ante un exigente encierro.
(Miguel Pardo)
En tarde gris y con media entrada en los tendidos de la bicentenaria Plaza de Acho, el novillero español Borja Jiménez cortó solitaria oreja, sus alternantes Francisco José Espada y José Garrido se fueron de vació, ante un encierro del hierro de Santa Rosa de Lima, que exigió oficio y conocimiento, credenciales que no mostraron los novilleros actuantes. Los tres novilleros en el tercio de muleta fueron cogidos, achuchados y enganchados. Borja Jiménez, ante el 4°, mostró mayor oficio en tandas jaleadas, pero deslució su quehacer en el tramo final, en el cual el novillo tomó sentido y se fue a la querencia.