Ante mansa y descastada corrida del maestro César Rincón, que no ha saboreado la miel en Lima; antes como matador y hoy como ganadero de reses bravas. El torero extremeño fue el único de la terna que se puso en el sitio y sustentó con valor y poder su categoría de verdadera figura del toreo.
(Textos: Juan Medrano Ch. Fotos: Miguel Pardo N. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava).
Definitivamente el llamado monoencaste, -término inventado por la prensa española para obviar lo de Domecq y no ofender al inventor y su larga lista de seguidores-, se está cargando la fiesta. Los ganaderos seleccionan para aliviar a los toreros, perpetuando la nobleza ovejuna y tapando la fiereza de un animal salvaje como es el toro bravo. De resultas que en las plazas saltan toros inválidos, atacados de kilos y que llegan medio muertos al último tercio. De eso hemos visto y mucho durante las cuatro corridas de toros de la feria del Señor de los Milagros.
La corrida del último domingo de Las Ventas del Espíritu Santo, es muestra palmaria de lo antedicho; con un detalle: Que el ganadero tuvo la decencia de echarla gorda, bien comida, con cuajo y picada; algunos con kilos demás pero todos sin el empuje de la raza y la casta. Cierto que tuvieron un fondo, pero sus lidiadores renunciaron a cruzar la raya. Poco profesionalismo, escasa vergüenza y nulo compromiso. Sólo Perera lució como un varón y muleta en mano se atrevió hollar la zona de fuego para justificar el porqué es el torero más verdadero que ha pisado la arena de Acho en la última década.
En ambos toros anduvo largamente superior y muy por encima de las condiciones de sus enemigos. Más con el 5°, que predecía durar y brindó a la afición de Lima. De súbito el toro se apagó y tocó ponerse y exponer con los muslos rozando los pitones para encelar. No desperdició una arrancada y la gente lo valoró. Por eso la gran ovación del público al dejar la plaza.
El gran Finito de Córdoba, artista consumado, anduvo en el otro extremo. La pasa mal con los toros que no le vienen francos, descomponiéndose y angustiado. Con el elefantiásico 1° lo intentó pero en plena riña sucumbió a sus temores. El pitón derecho tenía fondo pero había que liárselo. El torero no lo vio claro y la gente le espetó. Mató muy mal y abroncado. Después anduvo tras el 4° para torear suelto y de uno en uno, al aire del animal y con la barbilla en el pecho. Lo aplaudieron pero supo a poco.
Talavante tampoco la pasó bien. El 3° desparramaba la vista y escarbaba, desconcertando al torero, que no se atrevió a buscarle el sitio. El anovillado 6° no tuvo importancia a más que el torero casi lo ignoró, pero lo desarmó y ridiculizó. La gente se metió con él y con razón. Cuántas veces se ha presentado en Lima este torero y qué ha hecho para volver…? Va arropado por una casa muy fuerte y con mucha influencia en las empresas que mueven el negocio de los toros. Ojalá CITOTUSA haga recambios. Algunos toreros parecen estar abonados a los carteles de Acho, pero de espaldas a la buena afición.
Ficha. Domingo día 16 de noviembre 2014. Tarde soleada, tres cuartos de entrada. Toros de Las Ventas del Espíritu Santo. El sexto devuelto, no sabemos porqué, y saltó uno de Achury Viejo, impresentable para Acho, al que Talavante hizo ascos. Resultado Artístico: Finito de Córdoba (Azul noche y oro) Tres pinchazos, estocada, silencio. Estocada trasera y caída, saludos. Miguel Ángel Perera (Turquesa y oro) Pinchazo, estocada, descabellos, silencio. Estocada entera y trasera, palmas. Alejandro Talavante (Lila y oro) Estocada delantera y caída, pitos. Pinchazo, media estocada, descabello, pitos.
Finito de Córdova
Miguel Ángel Perera
Alejandro Talavante