Escaseó la materia prima para que los artistas interpretaran la sinfonía; solo destellos, pero el asunto no llegó a más porque no hubo fineza a la hora de la verdad. Hoy veremos otro cartelazo, con Uceda Leal al frente del pelotón.
(Textos y fotos: Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
La tarde de ayer nos dejó un sabor agridulce. Toreros con ansias que estrellaron sus ilusiones contra la reticencia de una corrida que cicateó sus embestidas privándonos de alegrías; eso sí, hubieron detalles interesantísimos, como la inmensa torería desplegada por Diego Urdiales ante un salmantino al que hizo de la nada.
En tarde soleada y de lleno hasta las banderas, saltaron a la arena del Vizcaíno seis ejemplares de San Pedro y Salamanca, justos de presentación, variados en pelos y cornamentas que cumplieron en varas, tomaron un puyazo -excepto el 6° que se arrancó por segunda vez a la cabalgadura del joven Joseph-, y carecieron de arrestos en el último tercio; sin calidad y distraídos algunos, pero con nobleza, destacando por humillado el castaño corrido 2° lidiado por Juan Bautista.
Abrió la feria el gran Diego Urdiales con un sampedrano al que le costaba moverse. El español cuidó del burel sin tironearlo; toques finos, templados y a media altura nos permitieron ver una faena que de a pocos se fue apagando por el escaso fondo del sampedrano. El 4° de Salamanca se movió más y Diego se abrió de capa mecido y sentido, con torería y despaciosidad propias de un torero de su gran categoría. La fijeza fue la mejor virtud del toro y a por él fue el riojano que se desbrozó en muletazos de valía, aseados y precisos en distancia y alturas. Gran capacidad lidiadora de este torero de Madrid para entender y acoplarse a las condiciones del Salamanca, porfiando siempre para ligar y hacer el toreo. Lástima que pinchara una faena que a nuestro entender fue la más importante de la tarde.
Juan Bautista nos regaló la sutileza de su toreo con el buen castaño corrido 2°. Dibujó muletazos templados muy de su marca por el pitón derecho; pero su quehacer no remontó por la justeza de fuerzas del burel, que perdía las manos y echaba al trasto todo. El 5° arreó más aunque sin clase y el francés insistió con el mismo repertorio y muy fuera de cacho, sin comprometerse ni insistir en cercanías.
El lote de Alfonso de Lima no fue propicio para el toreo de emociones que sabe interpretar el torero limeño, al que vimos sin la chispa de otras tardes. Distraído y sin fijeza el 3° y desclasado el 6°, muy brutos ambos. Pero con el bruto también hay que saber estar en la plaza, atemperando las embestidas y sin dejarse enganchar. Hubo orden en la plaza. El juez lució formal y los toreros en su sitio, pero esto recién empieza. Hoy veremos al gran Uceda Leal. Qué lujo. Que los toros embistan y todos terminemos toreando.
Resultado Artístico. Diego Urdiales (Grana y oro) Estocada, palmas. Dos pinchazos, estocada trasera y desprendida, palmas. Juan Bautista (Canela y oro) Estocada delantera, tres descabellos, silencio. Cuatro pinchazos y estocada trasera, silencio. Alfonso de Lima (Turquesa y oro) Dos pinchazos, media estocada, descabello, silencio. Dos pinchazos, estocada, silencio.
Diego Urdiales
Juan Bautista
Alfonso de Lima
