Acho desbordó de emoción con una gran faena del pirata Juan Jose Padilla, dos orejas aplaudidas con la entendida afición de pie. Lima, convertida en la capital del toreo con una constelación de estrellas del arte taurino.
(Carlos Pardo Jr.)
"Padilla deslumbró. Por su pasión puesta en la arena. Por su valentía. Por sus banderillas. Por su capote y su temple con la muleta.
Y porque la tauromaquia es cultura, por su HUMANIDAD. Porque Juan José Padilla es un referente de crecimiento y superación. Un ejemplo impecable de calidad de existencia" (Rosario Olivares).