Fiel a su concepto, hizo lo más talentoso y puro de la tarde. Un torero restó autoridad al juez y se embarcó en un indulto que supo a desazón. La corrida de Salamanca lució edad pero llegó sin fuelle al último tercio. La terna salió a hombros entre algarabía y división de opiniones.
(Texto y fotos: Juan Medrano Chavarría. Especial para Perú Toros y la revista Fiesta Brava)
Rubén Pinar ha dado magisterio de torería en El Vizcaíno de Chota. Fiel a su tauromaquia, desarrolló su concepto embebido en afición. Sus dos faenas han sido pletóricas de conocimiento y actitud; más la segunda, donde a base de cabeza y temple, tapó las falencias de un burraco, aprovechando su buena clase, convirtiendo la hiel en miel y alzándose con un triunfo inobjetable.