El torero de San Mateo dibujó en la arena de Acho los mejores muletazos de la tarde. Pedrito de Portugal también dejó la impronta de su clase pero lo demás supo a muy poco. Escasa entrada en el festival en honor a San Salvador, patrono de Ayapata.
(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría, especial para Perú Toros )
Hacer el paseíllo en la más que bicentenaria plaza de toros de Acho es un sueño acariciado por cualquier torero. Los más grandes de todos los tiempos han destilado su arte bajo el abrigo de sus vetustos machones y su romántica arquería; importa acaso que hoy algún indocumentado se presente, -aunque sea fuera de feria-, indignamente ataviado y sin nociones de su historia y su grandeza…?
Ayer domingo, en día gris de invierno limeño, asistimos al festival picado que organizó la colonia ayapatina residente en Lima en honor al patrón San Salvador; escaso público pero mucho jolgorio, con bellas puneñas trajeadas de gala y tonadas sureñas. Desfilaron seis toreros, cinco de a pie y un caballero. De ellos, alguno tuvo a bien tomar en serio el compromiso e indudablemente ese fue el pundonoroso Pablo Salas, enfundado en un traje de la aguja e impecables trastos acordes con su categoría de matador de toros que alguna vez saboreó la gloria en aquel mágico recinto.
El de San Mateo de Huanchor se puso delante y estuvo más que digno ante un remiso ejemplar que medio arrollaba y había que dejarse ver cruzadito para que se arrancara. Pablo lo entendió, su quehacer caló y entonces brotaron OLES DE FERIA. Su retorno a Acho tras ocho temporadas de ausencia le emocionaron al punto que paseó el trofeo entre lágrimas y el reconocimiento unánime del público.
Pedrito de Portugal destacó por la buena clase del que es depositario. Su nombre ya no suena en el ambiente pero verlo de torero es un placer para cualquier taurino. Por eso al abrirse de capa llamó la atención de los que no lo conocían; manos de seda y saber estar en la plaza. Nos quedamos todos quietos para admirarlo con la pañosa pero nos cayó la noche esperándolo y nunca pudimos redescubrir al pedrito de finales de los noventa. El bicho le sirvió pero el lusitano no asumió mayores compromisos. El rejoneador Callejón nos devolvió al tedio de Lajas. Sus caballos escapando del toro, más de treinta capotazos y nos llegó la noche…El Poeta Manolo Juárez arrancó como un torbellino pero no pudo cuajar al mejor ejemplar de la tarde. El ecuatoriano Curro Rodríguez tampoco saboreó alegrías ante el menos propicio de la jornada y la mexicana Melina Parra habrá de reflexionar antes de volver a ponerse delante; en menos de quince días le han devuelto dos toros vivos al corral.
Ficha. Domingo día 11 de agosto 2013. Festival con picadores. Tarde nublada con escasa entrada. Se corrieron seis ejemplares de Los Bustamante, terciados, algunos manseando en varas pero que fundamentalmente embistieron en el último tercio.
Melina Parra (México) Tres avisos y bronca.
Pablo Salas (Perú) Media estocada delanterilla, oreja.
Pedrito de Portugal (Portugal) Estocada trasera y desprendida, oreja.
José Miguel Callejón (Rejoneador español) Rejón caído y rejón trasero, aplausos.
Manolo Juárez El Poeta (México) Pinchazo y estocada entre sombras, vuelta al ruedo.
Curro Rodríguez (Ecuador) Pinchazos y descabellos entre sombras, silencio tras un aviso.
El Paseíllo
A Melina Parra le quedó grande el compromiso...
Incluso con un ejemplar despitorrado que le embistió...
Escuchó los tres avisos.
Pablo Salas fue la sorpresa de la tarde...
Toreando con majestad...
Paseó un merecido trofeo.
Pedrito de Portugal apuntó...
A pesar de su poderío y clase no remontó...
Pero se llevó una oreja y quedó agradecido del público provinciano.
José Miguel Callejón tampoco se justificó...
Y El Poeta apenas supo estar toreando entre sombras.