Los toros de San Pedro no marcaron la diferencia y los de Colorado duraron más. Alfonso de Lima, Casquinha y Arévalo pasearon una oreja en entonada tarde de toros en la Capital Cervantina de América.
(Desde Pausa, Ayacucho, textos y fotos de Juan Medrano Ch. Especial para Perú Toros y revista Fiesta Brava)
El largo viaje desde Lima, sorteando trochas, vados y bajas temperaturas, se compensa con la afabilidad de la gente que habita estos lejanos lares, donde muy cerquita, Colta y Oyolo, nacieron el presidente Humala y la primera dama Nadine Heredia. Los caminos y carreteras han mejorado ostensiblemente y la mano del gobierno empieza a hacerse notar en estos otroras olvidados páramos de Dios.
En Pausa, capital de la provincia Páucar del Sara Sara, se celebra al Apóstol Santiago, aquel que montado en su caballo blanco combatió con su espada a los moros que invadieron la península. En su honor se dan dos tardes de toros con ganado de casta y de la región, que arrea y no desentona. Los sampedros de hoy, 1°, 5°, y 4° de Salamanca, duraron poco y lucieron poca clase. En cambio los del señor Javier Taboada, que pastan en Colloni, al pie del majestuoso Sara Sara, tuvieron fondo y el 3°, magníficamente aprovechado por Nuno Casquinha, que cual alquimista, convirtió en azúcar la sal y se dejó ver como un torero de enorme potencial lidiador. Y si no triunfó con contundencia fue por la desmedida pasión con que asume su quehacer; el toro se quedó sin pases y no le arreó en el tramo final. El 5°, un castaño de San Pedro, se acabó tras el costalazo que sufrió. Entonces vino el arrimón y el premio fue la oreja que paseó en el epílogo de la jornada.
Alfonso de Lima está cada vez más afiatado y seguro en el manejo de las telas. Aprovechó el buen tranco del 1° y se dejó ver artista con el capote. En la muleta el de San Pedro adolecía de claridad y vencíase cuando el torero pretendía confiarse; y si tuvo alguna virtud fue la nobleza que el torero convirtió en alegrías hasta que el morito se desfondó. El 4° tuvo muy malas maneras y no fue suficiente la insistencia para sacarle pases.
El novillero español José Carlos Arévalo entusiasmó a los tendidos con sus maneras efectistas. A momentos pretendió torear pero en su corazón todavía no anida el temple. El de Colorado arreaba y había que enseñarle doblándose con él para atemperarlo. Los enganchones lo orientaron, pronto se descompuso y acabó con muy malos modales. Hizo el paseíllo de sobresaliente el novillero paucino Juan Del Castillo.
Ficha. Viernes día 26 de julio 2013. Plaza de toros de Pausa. Tarde soleada, plaza llena. Festejo mixto con picadores.
Alfonso de Lima (Azul noche y oro) Estocada trasera, oreja. Pinchazo, media estocada tendida, palmas.
Nuno Casquinha (Azul rey y oro) Tres pinchazos, media estocada y descabello, palmas tras un aviso. Estocada contraria y desprendida, oreja.
José Carlos Arévalo (Verde botella en azabache) Estocada trasera y desprendida, oreja.
La terna y el sobresaliente.
Alfonso de Lima
Cahuantico picando.
Nuno Casquinha
José Carlos Arévalo
