Porqué en Perú existen hasta tres sindicatos de toreros…? Toreros que fungen de empresarios reclaman por la avalancha de extranjeros que llegan por estas tierras, pero ellos mismos representan a muchos de ellos. En qué quedamos…?
(Juan Medrano Ch.)
Los profesionales del toro en Perú conviven atomizados hasta en tres sindicatos. Urge la unidad para mejorar el estatus social y económico de los toreros nacionales.
El derecho a la sindicalización es uno de los logros más importantes de la clase trabajadora en el mundo, obtenida a lo largo de la historia contemporánea tras duros enfrentamientos con los patrones; éstos, finalmente, cedieron ante la realidad del advenimiento de los nuevos vientos que trajo en Europa la gran revolución industrial; tras cruentos episodios, los trabajadores manuales e intelectuales, entre ellos el artista, dieron un paso adelante en la consecución de sus reivindicaciones laborales.
En el Perú, la sindicalización tuvo un proceso de larga data del que no nos ocuparemos en estas líneas. Pero el concepto es clave. La sindicalización es un derecho indiscutible; la asociación de personas de instituciones públicas o privadas con un propósito común; el del desarrollo personal, profesional, social y económico.
En nuestro país, a falta de una ley taurina, -lastimosamente el proyecto de ley para este propósito no prosperó en el 2001 cuando el ganadero y empresario taurino don Marcial Ayaipoma fue presidente del Congreso de la República-, las corridas de toros como espectáculo carecen de basamento legal para su formalización. Sólo en el municipio del Rímac, donde se ubica la plaza de Acho, existe un reglamento que medio se cumple durante la temporada nazarena.
En cuanto a los actores directos de la fiesta, los profesionales: matadores de toros, picadores, banderilleros y demás, conviven atomizados hasta en tres instituciones o sindicatos, cada cual halando para su lado, sin un proyecto claro y categórico de verdadera asociación para lograr los objetivos por los cuales existen. La crisis llega a tal punto que en cada relevo de directiva, según propia confesión de parte, las cuentas van en rojo, a pesar de los importantes ingresos de caja por derechos de actuación, pases inter - sindicales, clínica y otros.
Un asunto delicado y por demás recurrente en la fiesta, es la incesante oferta de toreros extranjeros. Cada temporada asoman por estas tierras muchos de ellos en busca de oportunidades para torear. Ello es lícito; sólo tienen que cumplir con la normatividad vigente para lograr el asentimiento de los gremios pertinentes. Lástima que en Perú esto de las normas sea letra muerta, máxime si los propios directivos o integrantes de los sindicatos taurinos representan a uno o más profesionales extranjeros.
A estos profesionales sus colegas les firman corridas en los pueblos, que es lícito, pero en muchos casos evaden el pago de los derechos de actuación de estos profesionales, en detrimento de las arcas del sindicato al cual están adscritos. Ello es lo mismo que atentar contra el bienestar suyo propio y de los demás. Es una manera, inconsciente tal vez, de impedir el mejoramiento de las condiciones de vida de los profesionales nacionales, que necesitan vivir mejor, asistirse dignamente en casos de percances, enfermedades, y retirarse decorosamente de los ruedos. Tomemos como ejemplo los gremios taurinos de países como México, Colombia y Ecuador, donde hay menos festejos que en el nuestro, pero los profesionales del toro gozan de un mejor estatus social y económico.
Se oyen voces de directivos manifestando que para esta temporada los sindicatos de toreros caminarían por derecho. Que a partir de la primera corrida del año caminarían literalmente derechos. Ojalá cumplan la palabra empeñada. Este es el mejor momento para ellos, con innumerables festejos a lo largo y ancho del país. Nosotros creemos que un paso histórico sería unificarse en una sola asociación. Es lo ideal. Veremos si madura la idea.
Los profesionales del toro en Perú conviven atomizados hasta en tres sindicatos. Urge la unidad para mejorar el estatus social y económico de los toreros nacionales.
Los toreros nacionales reclaman por la excesiva oferta de profesionales extranjeros, pero ellos mismos ofertan a muchos de ellos en las ferias de los pueblos....
