Uno de los recintos más emblemáticos de la América taurina, ubicada en el corazón de la capital colombiana, construida por la familia Sanz Santamaría con sangre, sudor y lágrimas a mediados del siglo pasado, fue cerrada de facto por el gobierno local para convertirla en parque de hielo. Ayer anduvimos por la carrera sétima y al hollar su honorífica explanada, una vulgar gigantografía nos privó de admirar su hermosa arquitectura…
(Desde Bogotá, Colombia, textos y fotos de Juan Medrano Ch. Especial para Perú Toros)
Bajo el lema Bogotá Humana, la alcaldía de la ciudad pretende justificar ante la opinión pública el flagrante atropello al derecho de las minorías; cerrar la plaza de toros Santamaría y privar a la afición bogotana y del interior, del espectáculo de las corridas de toros, paradójicamente declarado patrimonio cultural por el Tribunal Constitucional de la República de Colombia.
Erigir el monumento no le costó un peso a la autoridad, pero en acto prevaricador la ha cerrado. Ha birlado la ley. Y tras el bochorno la postura demagógica. El convertir la plaza en una pista de patinaje con acceso gratuito para los bogotanos. Eso es ganar indulgencias con avemarías ajenas… Mientras, tras la intransigencia del alcalde, se inició la batalla legal para devolverle a la afición el derecho a su espectáculo favorito.
Desde estas líneas va nuestra solidaridad con nuestros hermanos colombianos. Que los toros vuelvan pronto a la Santamaría…!!
