(Ramón Espejo, fotos Ayrton Laura)
Juan Carlos Cubas y su cuadrilla, Pauza no era una deuda pendiente, ni una revancha, ni una espina, era simplemente el gusto de estar ahí, el placer de su gente, el esfuerzo de 20 horas de viaje por todo el corazón del Perú, ese corazón taurino que es el motor que nunca se apaga y que se reconforta cuando llega a este “Jardín Florido” llamado Pauza.