El colombiano Sebastián Vargas demostró firmeza para imponerse en una faena premiada con una meritoria oreja.
Texto y fotos: Miguel Pardo
Alfonso Simpson fue el triunfador de la tarde en Huamachuco tras pasear dos orejas de un noble pupilo de El Paraíso y salir en hombros. Ricardo Gómez fue todo empeño en el primero y el quinto de San Simón con los que intentó pero la mansedumbre no le permitió. Vicente Barrera lanceó bien con el capote a su único toro de El Paraíso, luego de picarlo se acabo. Sebastián Vargas en el único que mató realizó una faena notable por la firmeza y seguridad en la cara del toro que hizo extraños, descabelló y cobró una oreja.
La plaza registró 3/4 de entrada. Los toreros iniciaron el paseíllo y se tocó el minuto de silencio en la memoria del cronista taurino Don Bartolomé Puiggrós Planas. La corrida se frustró con el ganado colombiano de El Paraíso y la ganadería nacional San Simón, a excepción del sexto que fue noble y el corrido 4to. de Sebastián Vargas que medio embistió
Ricardo Gómez, los dos toros de San Simón fueron mansos con peligro que se colaban por los dos pitones y arrollaron. El 1ro. no humilló nunca, avisado y mirando las tablas achuchó al banderillero “El Manco” sin consecuencias; pincha a espadas y lo intenta varias veces con el descabello. Pitos. Al 5to. le pegó tres tandas de capote cargando la suerte y cadenciosas que fueron suficientes para comprender que conoce bien el oficio, luego del tercio de varas el toro se quedo parado. Tanto éste como el anterior apretaron a los banderilleros hasta las tablas. Las ganas y empeño del diestro no fueron suficientes, pincha a espadas, luego descabelló tras un aviso. Silencio.
Alfonso Simpson, el 2do. de San Simón, un manso que no se empleó en el capote ni la muleta que buscó salir de la plaza y logró hacerlo dos veces por la boca de un burladero, escupe en varas, el picador César Caro insiste y logra picarlo; con la muleta trata de someterlo por doblones pero el toro tiene medio recorrido, calamochea y hace por cogerlo y desarma al diestro. Una entera atravesada y caída, Silencio. El 6to. de El Paraíso, le permitió un saludo capotero airoso, una bonita larga cambiada que el público reconoció, le permitió lindos capotazos con rodilla en tierra que hacían notar la nobleza del astado que fue señalado en varas, en el tercer par de banderillas “El Pirri” se desmonteró. Inicia su faena de muleta de rodillas en los medios de la plaza con tres buenas tandas por derecha, se pone de pie y solvente disfruta de tandas repetidas por el pitón derecho. El toro embistió noble de principio a fin, pero calamochea después que el matador rompía la mano por ello le faltó recorrido. Dos Orejas.
Vicente Barrera, al 3ro de la ganadería El Paraíso, recibió a la verónica y fue premiado con el aplauso, bien picado por Joseph Rojas, aprieta a los banderilleros, busca escapar barbeando tablas y logra salir repetidas veces por los burladeros del tendido de sol. En la muleta se para y embiste sin clase arriba y descompuesto. Una media desprendida. Palmas.
Sebastián Vargas, al 4to de El Paraíso, salió acusando defectos al tomar el capote, pero el diestro insiste buscando dominarlo. Comenzó firme a media altura y siguió con muletazos aguantando algún parón y los cabezazos del astado, haciéndolo finalmente humillar. Al diestro colombiano le sobró firmeza para imponerse en una faena en que los derechazos fueron emocionantes, junto al temple y el valor del torero. Sonó la música en su honor y la plaza lo premió con los aplausos. Un espadazo en todo lo alto pero tarda en caer, golpe de descabello. Oreja.
La plaza registró 3/4 de entrada. Los toreros iniciaron el paseíllo y se tocó el minuto de silencio en la memoria del cronista taurino Don Bartolomé Puiggrós Planas. La corrida se frustró con el ganado colombiano de El Paraíso y la ganadería nacional San Simón, a excepción del sexto que fue noble y el corrido 4to. de Sebastián Vargas que medio embistió
Ricardo Gómez, los dos toros de San Simón fueron mansos con peligro que se colaban por los dos pitones y arrollaron. El 1ro. no humilló nunca, avisado y mirando las tablas achuchó al banderillero “El Manco” sin consecuencias; pincha a espadas y lo intenta varias veces con el descabello. Pitos. Al 5to. le pegó tres tandas de capote cargando la suerte y cadenciosas que fueron suficientes para comprender que conoce bien el oficio, luego del tercio de varas el toro se quedo parado. Tanto éste como el anterior apretaron a los banderilleros hasta las tablas. Las ganas y empeño del diestro no fueron suficientes, pincha a espadas, luego descabelló tras un aviso. Silencio.
Alfonso Simpson, el 2do. de San Simón, un manso que no se empleó en el capote ni la muleta que buscó salir de la plaza y logró hacerlo dos veces por la boca de un burladero, escupe en varas, el picador César Caro insiste y logra picarlo; con la muleta trata de someterlo por doblones pero el toro tiene medio recorrido, calamochea y hace por cogerlo y desarma al diestro. Una entera atravesada y caída, Silencio. El 6to. de El Paraíso, le permitió un saludo capotero airoso, una bonita larga cambiada que el público reconoció, le permitió lindos capotazos con rodilla en tierra que hacían notar la nobleza del astado que fue señalado en varas, en el tercer par de banderillas “El Pirri” se desmonteró. Inicia su faena de muleta de rodillas en los medios de la plaza con tres buenas tandas por derecha, se pone de pie y solvente disfruta de tandas repetidas por el pitón derecho. El toro embistió noble de principio a fin, pero calamochea después que el matador rompía la mano por ello le faltó recorrido. Dos Orejas.
Vicente Barrera, al 3ro de la ganadería El Paraíso, recibió a la verónica y fue premiado con el aplauso, bien picado por Joseph Rojas, aprieta a los banderilleros, busca escapar barbeando tablas y logra salir repetidas veces por los burladeros del tendido de sol. En la muleta se para y embiste sin clase arriba y descompuesto. Una media desprendida. Palmas.
Sebastián Vargas, al 4to de El Paraíso, salió acusando defectos al tomar el capote, pero el diestro insiste buscando dominarlo. Comenzó firme a media altura y siguió con muletazos aguantando algún parón y los cabezazos del astado, haciéndolo finalmente humillar. Al diestro colombiano le sobró firmeza para imponerse en una faena en que los derechazos fueron emocionantes, junto al temple y el valor del torero. Sonó la música en su honor y la plaza lo premió con los aplausos. Un espadazo en todo lo alto pero tarda en caer, golpe de descabello. Oreja.
