Silenciado un valiente Aguilar con el peor lote de la variada e interesante corrida de Alcurrucén
Fuente: Aplausos
Curro Díaz y Matías Tejela han paseado una oreja cada uno en el sexto festejo del abono fallero, en el que se ha lidiado una corrida de toros de Alcurrucén de variado e interesante comportamiento ante la que Alberto Aguilar, con el lote más difícil, fue silenciado.
6º) El mulato chorreado estrellado y calzadito sexto manseó en los primeros tercios como prácticamente toda la corrida y en la muleta se quedó corto y soltó en demasía la cara. Aguilar, de nuevo muy valiente, hizo el esfuerzo y se libró de milagro de la voltereta en un momento en que fue tropezado por el reservón ejemplar, sin duda el más deslucido del envío. Puso todo de su parte el torero, que expuso mucho más de lo que le ofreció el de Alcurrucén. Silencio tras aviso.
5º) Muy serio también el quinto, de buenas hechuras y buen comportamiento en la muleta. Fue el de más calidad de la corrida, aunando nobleza, temple y recorrido en sus embestidas aunque de mitad de faena en adelante comenzó a faltarle entrega en el tramo final de los muletazos. A Tejela le faltó apostar y atacar de primeras y fue calentándose a medida que avanzaba el trasteo. Además, pinchó antes de agarrar la estocada. Hoy necesitaba un golpe de efecto superior al del corte de una única oreja. Ovación con saludos tras petición.
4º) El cuarto manseó en los primeros tercios pero llegó a la muleta dejándose, aunque le faltó rebozarse en la embestida y un tranquito más para terminar de ser de lío gordo. Aún así, permitió a Curro Díaz, que no pudo lucir de salida, plasmar su concepto en un torerísimo inicio de faena -con dos muletazos por el pitón derecho cumbres- y en varias series por los dos pitones, especialmente una por naturales en la que se rompió con el toro y los pases surgieron más largos de lo que es común en este torero. La estocada fue de premio y éste, con toda justicia, no se hizo esperar. Oreja.
3º) Tremendo trapío lució el tercero, negro chorreado, hondo y con dos puntas hacia adelante de las que asustan. El de Alcurrucén, que manseó en los primeros tercios, fue recibido con dos largas cambiadas en el tercio por un animoso Alberto Aguilar que, muleta en mano, llevó a cabo una faena valiente ante un toro exigente, de los que nunca se ven metido del todo en la muleta y vienen andando y midiendo, como a la caza. El torero, con muchos arrestos, obtuvo los mejores pasajes toreando con la izquierda, muy cruzado y de uno en uno. Meritorias series. Mató de media desprendida y estocada. Ovación.
2º) El segundo, muy serio y astifino, hizo una fría salida y, aunque falto de ritmo, tuvo movilidad y transmisión. Todo cuanto se le hiciera tenía la importancia que da la casta. "Firme, puesta y a tragar", esa parece ser la receta que demandan estos toros. Tejela anduvo firme, se la puso bien y tragó casi siempre, aunque la faena nunca terminó de romper de verdad. Una estocada trasera y tendida, cobrada a ley eso sí, ayudó a la petición de oreja. Oreja.
1º) El toro que abrió plaza, de espectacular pelaje -colorado chorreado bragado emanó corrido girón lucero casi careto y calcetero-, cobró lo suyo en el caballo. Quizá por eso llegó muy reservón y agarrado al piso al último tercio, imposibilitando que Curro Díaz, que tampoco pareció encontrar soluciones para hacer romper al encastado animal -que en origen pedía mando y sometimiento por abajo-, pudiera lucir con él. Eso sí, manejó la espada con contundencia. Soberbio espadas, aunque hubo de refrendar todo con el verduguillo. En banderillas arriesgó José Manuel Montoliu, que saludó montera en mano. Silencio.
Ficha.
Valencia, 15 de marzo de 2012. Toros de Alcurrucén, bien presentados, encastados y exigentes los tres primeros, más manejable el cuarto y de mayor calidad el quinto. Deslucido el sexto. Entrada: Media plaza. Bien José Manuel Montoliu, con los palos y en la brega.
Curro Díaz: Silencio y oreja;
Matías Tejela: Oreja y ovación con saludos tras leve petición; y
Alberto Aguilar: Silencio y silencio tras aviso.