martes, 25 de octubre de 2011

PUERTA GRANDE PARA ANTONIO BRICIO: CORTA RABO Y DOS OREJAS

Feria de San Marcos – Cajamarca

Desde San Marcos, Miguel Pardo Gonzáles. 
Especial para Perú Toros.
En San Marcos – Cajamarca, en su Feria Taurina organizada en homenaje al Patrón San Marcos, se corrieron cuatro astados de Amorín,  para el matador mexicano Antonio Bricio 1º y 4º, para el colombiano Cristóbal Pardo el 2º, y para el rejoneador peruano Jaime Tavera el 3º, los ejemplares lucieron bien presentados, astifinos y con peligro.

Antonio Bricio, mostró gran dominio del capote y maestría con la muleta, el 1° un toro negro, astifino y vuelto de cornamenta, al que lanceó cadencioso y que tomo los vuelos del capote con genio; en el caballo salió huido, siendo sometido por el tapatío con series repetidas con ambas manos, estando por encima de las condiciones del astado, luego un estoconazo que hizo rodar sin puntilla, que la autoridad premió con una oreja, que hizo presagiar un rotundo triunfo con el segundo de su lote.
El corrido 4° del mexicano, un toro girón con peso y  trapío que desde la salida mostró dificultades, al que con trincherazos lo llevo toreado a los medios, enseñándole el recorrido y castigándolo por abajo, repitió cuatro series de castigo para luego romper en bravo y con calidad; Bricio plantó las zapatillas con firmeza y todo cambió para el deleite del público y el rotundo triunfo del maestro mexicano que toreo con magistral arte y valor que caló en los tendidos. La faena estaba a más a cada instante y desde la mitad de la misma se avizoraron los pañuelos blancos que rotundamente pedían el indulto del toro. En una faena en la que todos estuvieron de acuerdo, el Juez otorgo dos orejas y el rabo simbólico, que Bricio paseo en medio del aplauso.

Cristóbal Pardo, pecho con un reservón que embistió con peligro y que miraba mucho al torero, sin acomodarse y mostrando complicaciones, Pardo lo intento pero el toro no le permitió; ya con la espada pasa repetidamente, seguido de Silencio.

Jaime Tavera, rejoneador y ganadero peruano estuvo lucido sobre su cabalgadura, gustándose y alegrando al público que lo premió con el aplauso, lástima que al final con el rejón de muerte falla varias veces, baja del caballo y mata a pie, antes de caer le hace hilo peligrosamente. Silencio.